
–El amor –dijo el conde–. Sólo existe el amor. Las otras cosas nobles
apenas sirven para dignificarlo. El amor es el que impulsa al artista a buscar
los lenguajes que expresan la belleza. El amor impulsa al héroe a retemplarse
en el riesgo. Y el amor es la respuesta al indagador de secretos, porque es la
explicación de todos los misterios. Es allí, Giuliano, donde debemos gastar
nuestros escudos y nuestros años. Algunos hombres jamás lo encuentran. Para
otros es apenas una estrella fugaz que ilumina un año, un mes, una semana o un
día de sus vidas. Pero ese destello efímero da significado a la existencia
toda. Bienaventurado el que puede sentir en su carne y en su espíritu el fuego
de esa chispa.
Alejandro Dolina
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