Porque siempre he estado aislado, Sofia, durante la escuela, el instituto, la facultad, el hospital, el matrimonio, aislado, aislado con mis libros demasiado leídos y mis poemas pretenciosos y vulgares, el ansia de escribir y el tormento de no ser capaz, de no lograr traducir en palabras lo que deseaba gritar al oído de los otros y que era "Estoy aquí, miradme que estoy aquí, oídme hasta en mi silencio y comprended", pero no se puede comprender, Sofia, lo que no se dice, las personas miran, no entienden, se marchan, conversan unas con otras lejos de nosotros, olvidadas de nosotros, y nos sentimos como las playas en octubre, deshabitadas de pies, que el mar asalta y deja en el balanceo inerte de un brazo desmayado. Siempre he estado solo, Sofia...
António Lobo Antunes - 1979
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