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Nos mudamos de espacio. Enlace permanente a nuestro espacio menor.

lunes, 29 de abril de 2013

 
Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas, y una voz cariñosa le susurró al oído: ¿Por qué lloras, si todo en ese libro es de mentira? Y él respondió: Lo sé pero lo que yo siento es de verdad.

Ángel González

Los Premios

Vivimos quejándonos de que nunca ocurre nada interesante -dijo Claudia-. Pero, cuando ocurre la mayoría se inquieta. No sé lo que piensan ustedes, por mi parte los trenes fantasmas me divierten mucho más que el ferrocarril del General Roca. 
 
Julio.

domingo, 28 de abril de 2013

Pensar ni consuela ni hace feliz


Pensar te arrastra lánguidamente como una perversión, pensar se repite con aplicación sobre un teatro; pensar te echa de golpe fuera del cubilete de los dados. Y cuando el azar, el teatro y la perversión entran en resonancia, cuando el azar genera que entre los tres haya esta resonancia, entonces el pensamiento es un trance y entonces vale la pena pensar.
 
Michel Foucault

domingo, 21 de abril de 2013

Lérmontov o el poeta del Cáucaso

Es posible que mañana muera y en la tierra no quedará nadie que me haya comprendido por completo. Unos me considerarán peor y otros mejor de lo que soy. Algunos dirán que era una buena persona; otros, que era un canalla. Pero las dos opiniones serán igualmente equivocadas.

Mijaíl Iurevitch Lérmontov

La casa de Asterión

Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera.

Jorge Luis Borges

En un cansado territorio de palabras

Arte urbano - Galpón de la ex-YPF - Costanera de Río Gallegos
Soy todo y soy nada. No existe cada parte de mí, no-exis-to, solo existe lo que creo como testigo de lo irreal, de las renuncias y las entregas, como aquello que yo creo porque así fue nombrado. Tres pasos hacia la calle, desayunar un cigarro, el tiempo apenas de un suspirar profundo, el lento parpadeo a veces al despertarme, tu espalda siempre como primer signo de que no fue un sueño.
Hoy he vuelto con la lluvia. Hoy vuelvo a navegar la noche Volar, expresar, explotar. No se puede tomar nada más, ¿hasta dónde uno es capaz de hundirse? ¿Hasta dónde sentir todos los disparos directos al pecho? Amamos solo para poder poseer, solo para después poder destruirlo. Armamos (lo que sea) para aplastarlo con la furia que creemos poseer, condenados para siempre por salvar nuestro orgullo. Punto final a la existencia.
Devoramos sin piedad los sentimientos de los demás solo para justificar nuestra  absoluta falta de todo. Hasta del hartazgo,  la desidia, la derrota, las batallas qué nunca nadie entendió. Fatigados, ya no soportamos que sepan quienes somos porque ni siquiera nosotros lo sabemos. Tan débiles, desdichados, sin corazón. Eso somos.
Si observás bien cada segundo de cada acto de cada cosa que hago, pienso y siento mucho más. En cada palabra hay otras dos que no digo. Podrás deducir entonces, si prestás atención a lo minucioso y preciso, lo que se escapa y se esconde. Tengo mucho que perder todavía; mucho que se me va, que se transforma. Tengo ¿fé? en las cosas venideras, aunque no apuesto en esperanzas ni pongo las manos en el fuego, conciente de los fracasos, sin caer en ilusiones, pero lejos aún de las realidades. 
El destino - no sé si es, pero se le parece - quizás ayude a mantenerme en pie, como hijo dilecto de mi propia miopía y negligencia, léase piadosamente indiferencia.
Sé que hay cosas buenas que me esperan; con mis defectos yo camino siempre hacia adelante, con tus virtudes me curo las heridas.

Gracias a vos (o por tu culpa) mi soledad seguirá de luto por un buen, largo, interminable, irrenunciable tiempo. Esta vez dejaré que el tablero me patee a mí.

Río Gallegos - Abril de 2013.

Sobre héroes y tumbas - Fragmento

 
Caminaba al azar por las calles de Buenos Aires, miraba a sus gentes, me sentaba en un banco de la plaza Constitución y pensaba. Luego volvía a mi piecita y me sentía más solo que nunca. Y únicamente sumergiéndome en los libros parecía encontrar de nuevo la realidad, como si aquella existencia de las calles fuera, en cambio, una suerte de gran sueño de gente hipnotizada. Faltaban muchos años para que comprendiera que en aquellas calles, en aquellas plazas y hasta en aquellos negocios y oficinas de Buenos Aires había miles de personas que pensaban o sentían más o menos lo que yo sentía en ese momento: gente angustiada y solitaria, gente que pensaba sobre el sentido y el sin sentido de la vida, gente que tenía la sensación de ver un mundo dormido a su alrededor, un mundo de personas hipnotizadas o convertidas en autómatas.

Sábato.

Joseph Carey Merrick, El hombre elefante

“Mi cráneo tiene una circunferencia de 91,44 cm, con una gran protuberancia carnosa en la parte posterior del tamaño de una taza de desayuno. La otra parte es, por describirla de alguna manera, una colección de colinas y valles, como si la hubiesen amasado, mientras que mi rostro es una visión que ninguna persona podría imaginar. La mano derecha tiene casi... el tamaño y la forma de la pata delantera de un elefante, midiendo más de 30 cm de circunferencia en la muñeca y 12 en uno de los dedos. El otro brazo con su mano no son más grandes que los de una niña de diez años de edad, aunque bien proporcionados. Mis piernas y pies, al igual que mi cuerpo, están cubiertos por una piel gruesa y con aspecto de masilla, muy parecida a la de un elefante y casi del mismo color. De hecho, nadie que no me haya visto creería que una cosa así pueda existir".

Julio Cortázar, Alcor, 1964

Tenemos que obligar a la realidad a que responda a nuestros sueños. Hay que seguir soñando hasta abolir la falsa frontera entre lo ilusorio y lo tangible, hasta realizarnos y descubrirnos que el paraíso estaba ahí, a la vuelta de todas las esquinas.

Julio.

miércoles, 10 de abril de 2013

Caracol

 
Nada hay más hermoso que la danza de un macizo de bambúes en la brisa. Ninguna coreografía humana tiene la euritmia de una rama que se dibuja sobre el cielo.
Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado.
Un día los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema.

Alejo Carpentier

Vuestras ideas son terribles

 
Vuestras ideas son terribles y vuestros corazones medrosos.Vuestra piedad, vuestra crueldad son absurdas, desprovistas de calma, por no decir irresistibles.Y al final os da miedo la sangre, cada vez más. La sangre y el tiempo.

Paul Valery