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miércoles, 27 de octubre de 2010

De la soledad.

Venimos solos a este mundo. Y solos vamos, a veces ciegos y sordos, otras veces con los ojos absurdamente abiertos. Buscando… Sigo buscando. ¿Buscando qué? Espectros de juventud, fantasmas, rastros de la huella del recuerdo de alguna mujer que quise. “Quise” pero seguramente no lo logré (o ni siquiera lo intenté) y que terminé abandonando por orgullo o por desidia o porque era martes que es casi como decir por nada. Soy como un árbol viejo y seco que sin embargo no se resigna y busca el sol y el calor en las primaveras idas. Aún conservo la risa y algo parecido a un alma, pero la soledad... la soledad… es allí donde campea la nostalgia, es allí donde todo se rompe y por cada grieta voy perdiendo a los míos, me vuelvo ajeno, me vuelvo extraño, incapaz de compartir esta ilusión de vida. Cuanto más me rodean los amigos, más añoro la soledad y los caminos. Caminos hacia ninguna parte que me desorientan como a un niño pero me llaman con esas voces que sólo escuchan los vagabundos sin patria. Soy al fin y al cabo hombre, semilla del destino, producto de los tiempos por venir, siempre hacia delante, siempre otros cinco minutos, siempre sabiendo la inutilidad en el gesto del adiós. Siempre sin ayer. Soy nadie de ningún lugar. Los lugares cerrados me asfixian y hacen que me revuelva como un animal encerrado en una jaula, incómodo por no estar al aire libre. Soy como esa piedra que empujás cuesta abajo, arrastrado por el peso de su propio cuerpo. Yendo de acá para allá sin saber muy bien porqué, lejos de la mezquindad de los hombres. En realidad no me sorprende si no entendés. A veces yo tampoco me entiendo.


Río Gallegos - Octubre 2010.

No te detengas.


No dejes que termine el día
sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias
de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras
y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos

por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca

tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros "poetas muertos",

te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:

los "poetas vivos".
No permitas que la vida

te pase a ti sin que la vivas.


Walt Whitman

sábado, 23 de octubre de 2010

La Locura

Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura como siempre tan loca les propuso: ¡vamos a jugar al escondite! La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad sin poder contenerse le preguntó: ¿Al escondite? y ¿Cómo es eso?
Es un juego, explicó la Locura, en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. El Entusiamo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse ¿Para qué?si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella)...y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
Un, dos, tres...comenzó a contar la Locura. La primera en esconderse fue la Pereza, como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, que si un lago cristalino para la Belleza, que si una hendida en un árbol perfecto para la Timidez, que si el vuelo de una mariposa lo mejor para la Voluptuosidad, que si una ráfaga de viento magnífico para la Libertad, así terminó por acurrucarse en un rayito de sol. El Egoísmo,en cambio,encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado,cómodo pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira,se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes. El Olvido...se me olvidó dónde se escondió el Olvido,pero eso no es lo más importante. La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve...y el Amor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar. La primera en encontrar fue la Pereza a sólo tres pasos detrás de una piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse. Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira...en el fondo del mar). Hasta el Olvido ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.Pero sólo el Amor no aparecía por ningún sitio. La Locura buscó detras de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida, divisó un rosal y pensó:el Amor siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas. Tomó una horquilla y comenzo a mover las ramas cuando de pronto un doloroso grito se escuchó, las espinas habían herido los ojos del Amor, la Locura no sabía que hacer para disculparse: lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego y la Locura siempre lo acompaña.


Apócrifo.

martes, 19 de octubre de 2010

Cien días - Intro

La mitad de nuestra vida transcurre de noche y hay quién piensa que es la mejor mitad. Supongo que porque la noche debilita los corazones. No lo sé. El caso es que aquella noche éramos varias soledades buscándonos... Hay quién dice que la buena gente duerme mejor que la mala gente, lo que pasa es que la mala gente se lo pasa bastante mejor cuando está despierta, y por eso en aquel garito se lo estaban pasando tan bien. Aunque no estoy muy seguro porque a veces los peores antros a las peores horas están llenos de la mejor gente, y yo creo que asi era porque allí estaba ella al final de la barra, jodida y radiante y yo... me enamoré. ¿Quién no se ha enamorado al pie de una barra?


Ismael Serrano.

De la libertad.

¿Qué hago en esta vida, amigo que me escuchas? Simplemente hago lo que una piedra en una pendiente. Ruedo por la vida. La gente dice que hay caballos que vuelan y hombres del tamaño de mis dedos. La gente dice...
Sin embargo conozco el latir de tu sangre de una manera en que ni vos mismo lo conocés y casi sin darnos cuenta nos encontramos haciéndonos preguntas sobre sombras del pasado, sobre rostros y nombres de hombres y mujeres que ya no eran más que niebla en el recuerdo, en un cementerio donde se ha muerto el tiempo. Ya simples imágenes borrosas en un mar de cristal, en el océano de nuestros veinte años de ausencias y casi sin darnos cuenta, también en largos silencios, con la sabiduría del que sabe apreciar la amistad sin palabras.
Y al final, como un mar de nubes negras que cubre el cielo, como remolinos de polvo que arrancan de un soplo el velo de nuestros ojos, al final, siempre ella ya convertida en sal en mi memoria, pálida bajo la luz de la luna.

Y yo… Yo seguiré siendo el fulano ese, rico en alegrías e inconstancias, indiferente a la brasa del sol y al viento ardiente del arenal.
Seguiré siendo soberano de mis pies, rey de mis caminos, enemigo de mis nostalgias, verdugo de mis sueños, esclavo de un viento sin barreras, monarca de una ciudad sin corona ni murallas que llamamos libertad.
Ten cuidado, amigo que me escuchas, el hombre es buen carcelero de sí mismo.

Río Gallegos - Octubre 2010.

lunes, 18 de octubre de 2010

Allende.

Para matar al hombre de la paz,
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla.
Para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques.
Para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama
porque el hombre de la paz era una fortaleza.
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia.
Para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror

hasta el abismo
y matar más para seguir matando.
Para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza.

Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejército,
pero el hombre de la paz era tan sólo un pueblo
y tenía en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios más tanques y más rencores
más bombas, más aviones, más oprobios
porque el hombre del paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte
matar y matar más para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad.
Para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Mario Benedetti

Solo (Fragmento)

Desde mi infancia no he sido como otros fueron, no he visto como otros vieron.
Mis pasiones no surgieron de la misma primavera,
mis penas no brotaron de la misma fuente.
No conseguí acompasar
mi corazón para divertirme con el ajeno.
Y todo lo que amé, lo amé solo.

Edgar Allan Poe

domingo, 17 de octubre de 2010

Rayuela capítulo 1 - Fragmentos

Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.
Sé que un día llegué a París, sé que estuve un tiempo viviendo de prestado, haciendo lo que otros hacen y viendo lo que otros ven. Sé que salías de un café de la rue du Cherche-Midi y que nos hablamos. Esa tarde todo anduvo mal, porque mis costumbres argentinas me prohibían cruzar continuamente de una vereda a otra para mirar las cosas más insignificantes en las vitrinas apenas iluminadas de unas calles que ya no recuerdo. Entonces te seguía de mala gana, encontrándote petulante y malcriada, hasta que te cansaste de no estar cansada y nos metíamos en un café del Boul Mich y de golpe, entre dos medialunas, me contaste un gran pedazo de tu vida...
Ella sufre en alguna parte. Siempre ha sufrido. Es muy alegre, adora el amarillo, su pájaro es el mirlo, su hora la noche, su puente el Pont des Arts.
Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos, y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo - Maga que era la torpeza y la confusión...


Julio Cortázar - 1963

jueves, 14 de octubre de 2010

El camino del llanto

Si no tenemos la fuerza de estrechar nuestras manos con las manos de todos, si no tenemos la ternura de tomar en nuestros brazos a los niños del mundo, si no tenemos la voluntad de limpiar la tierra de todos los ejércitos, este pequeño planeta será un cuerpo seco y oscuro...

Vengo pintando desde hace tres o cinco mil años, más o menos. Mi pintura es de dos mundos. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que
me ha tocado vivir.


Hay quien nace viejo y muere de lo mismo, sin enterarse siquiera de su paso por la vida. Hay quien nace y muere joven, eternamente joven, renovador y creativo.

Oswaldo Guayasamín

De almas y saltamontes.

Porque nunca nos vimos o porque nunca hablamos. Quizás porque a pesar de eso y a nuestro pesar también, ya usamos todas las palabras, también esas con doble filo y también esas de filo oxidado (ya sé, a veces soy ciego también y sordo y terco y hombre al fin y al cabo). Ya hablamos de las almas, de los caminos de la amargura, de los castillos de la tristeza, de los anhelos y de los odios y de los pocos amores. Del temor a los días sin tu sombra planeando mi sombra, de vos sin voz y sin gestos y de tu vida también. ¿Cómo saber si tu vida, si LA vida no es otra cosa que un largo sueño del que pasamos a otro aún más largo y luego a otro, como un pájaro que va de árbol en árbol? Como ese pájaro que termina anidando en mi pecho como un inquieto y pequeño saltamontes, como sintiendo y acompañando los latidos poderosos y acompasados de éste, mi extraño corazón.


Río Gallegos - Octubre 2010.

Los heraldos negros.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé. Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... Yo no sé. Son pocos pero son... Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas, o los heraldos negros que nos manda la Muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre... Pobre, pobre! Vuelve los ojos, 
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!



César Vallejo - 1918

miércoles, 13 de octubre de 2010

Me preguntas cómo... (Fragmento de El Loco)


Me preguntas como me volví loco. Ocurrió así: Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras, las siete máscaras que había modeladoado y usado en siete vidas distintas. Corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: ¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y algunos corrieron a sus casas temerosos de mí. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un chico sobre el techo de su casa, gritó: -Miren!  ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para mirarlo y por vez primera el sol besó mi rostro desnudo y mi alma se inflamó de amor por el sol y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera preso de un trance, grité: -¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me volví loco.
Y he hallado libertad y salvación en mi locura; la libertad de estar solo y  a salvo de ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.

Gibran Khalil Gibran - 1918

El inmortal. (Fragmento)

Cuando se acerca el fin, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras. No es extraño que el tiempo haya confundido las que alguna vez me representaron con las que fueron símbolos de la suerte de quien me acompañó tantos siglos. Yo he sido Homero; en breve, seré Nadie, como Ulises; en breve, seré todos: estaré muerto.

Postdata de 1950
Cuando se acerca el fin, escribió Cartaphilus, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras. Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos.


Jorge Luis Borges - 1949

11 de octubre, el último día de libertad de América.

Ayer fue 11 de octubre, el último día de libertad de América. ¡Hoy es el día de la raza! ¿De qué raza estamos hablando? Las Naciones Unidas abolieron el término raza en 1959 por carecer de todo valor científico y por servir solamente para incentivar el odio entre los hombres de distintas culturas. ¡Y acá seguimos festejando el día de la raza!


Mucha pena pero ninguna gloria. El invasor no dió tregua alguna cuando se trató de imponer otra cultura, otra religión, otro mundo, diferente al que los pueblos originiarios conocían y profesaban. Todo esto a sangre y fuego y a la sombra del mar y de la noche. Eso y una palabra que viene caminando entre nosotros desde hace 500 años. Dignidad.


Somos la dignidad rebelde. Somos el corazón olvidado de la patria. Somos la morena sangre que en las montañas ilumina nuestra historia.
Subcomandante Marcos


 Gracias a Solange Narvaez (incansable buceadora de la historia) y su guiño de madrugada.

domingo, 10 de octubre de 2010

Pero ya no hay locos

Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos.
Se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma del desierto y ni en España hay locos. Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.
¿Cuándo se pierde el juicio? (yo pregunto, loqueros).
¿Cuándo enloquece el hombre? ¿Cuándo, cuándo es cuando se enuncian los conceptos absurdos y blasfemos y se hacen unos gestos sin sentido, monstruosos y obscenos? ¿Cuándo es cuando se paran los ojos y se quedan abiertos, inmensamente abiertos, sin que puedan cerrarlos ni la llama ni el viento?
¿Cuándo se quiebra y salta roto en mil pedazos el mecanismo del cerebro?
Este reloj, este cerebro, tic-tac, tic-tac, tic-tac, este reloj perfecto...


León Felipe - El payaso de las bofetadas.

jueves, 7 de octubre de 2010

De las piedras y la sangre.

Camino del Hombre. Raza de mi raza. De la que ha marcado su paso por el mundo con monumentos de arcilla, de piedra, de bronce y de sangre, de sangre roja como la mía. ¿Qué otra cosa es la sangre sino la vida en sí misma? ¿Qué otra cosa es la vida sino el monumento mejor de ese a veces insecto, mi hermano el Hombre?
Los hombres son como piedras bajando una pendiente. A veces sin dejar ni rastros y otras veces provocando avalanchas que cambian para siempre el relieve de la historia de la Tierra. Hay otros en cambio, los hombres-lluvia, que con su lento y apagado goteo terminan erosionándolo todo a su paso.
Alguna vez me crucé uno de ellos, de los hombres-lluvia, así como te cuento me lo crucé. Y lo supe un amigo que me esperaba desde siempre sentado en esa roca, en ese camino. Me miró con esa confianza con la que miran los que son muy chicos o los que son muy viejos. Con esa ingenuidad de los que solo conocen la inocencia o de los que, con el simple paso de los años, la han vuelto a recuperar más allá de cualquier ambición. Y sin pronunciar palabra sus dedos trazaron extraños signos envolviendo el aire y los siglos alrededor, dejando estelas a su paso donde se disolvían no sólo el Odio y la Guerra y el Hambre y otras pestes, también el viento se llevó hasta el último rastro de sus huesos y su recuerdo. Sólo entonces escuché su voz, dentro, muy dentro de mi cabeza, como si vinera desde atrás en el tiempo.
Y alcé los ojos y vi grabadas en la piedra las últimas palabras del aquel que algún día fuera mi amigo. "Que bueno es saberse querido, compartir sueños y un buen vino agrio aunque no sea más que de paso. Nosotros los que nada tenemos, los que ya nada somos".



Río Gallegos, Octubre 2010.