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domingo, 26 de diciembre de 2010

Sobre héroes y tumbas (Fragmento)

Siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y seguramente solo, pues hay en él algo trágico, quizás hasta de sagrado, y a la vez de horrendo y vergonzoso. Siempre – decía - llevamos una máscara, una máscara que nunca es la misma sino que cambia para cada uno de los papeles que tenemos asignados en la vida: la del profesor, la del amante, la del intelectual, la del marido engañado, la del héroe, la del hermano cariñoso. Pero, ¿qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie, nadie, nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca? Acaso el carácter sagrado de ese instante se deba a que el hombre está entonces frente a la Divinidad, o por lo menos ante su propia e implacable conciencia. Y tal vez nadie perdone el ser sorprendido en esa última y esencial desnudez de su rostro, la más terrible y la más esencial de las desnudeces, porque muestra el alma sin defensa...

Ernesto Sábato.

Noticias (desde Argentina)

Luis Sabini se salvó. Pudo salir del país. Había desaparecido a fines del 75 y al mes ya supimos que lo habían metido preso. De Haroldo Conti no hay rastros. A Juan Gelman lo fueron a buscar a su casa de Buenos Aires. Como no estaba, se llevaron a los hijos. La hija apareció unos días después. Del hijo no se sabe nada. La policía dice que no lo tiene; los militares dicen que tampoco. Juan iba a ser abuelo. La nuera, embarazada, también desapareció. El Cacho Paoletti, que nos enviaba textos desde La Rioja, fue torturado y sigue preso. Otros escritores que publicaban en la revista: Paco Urondo acribillado, tiempo atrás, en Mendoza; Antonio Di Benedetto en la cárcel; Rodolfo Walsh desapareció. En vísperas de su propio secuestro, Rodolfo envió una carta denunciando que las Tres A son hoy las Tres Armas, "la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte" .


Eduardo Galeano - Días y noches de amor y guerra.

martes, 21 de diciembre de 2010

Noches de fuego y desvelo (Fragmentos)

"Soy sin rostro, sin nombre soy, no hay pasado tras mío y evidentemente nadie apuesta un quinto a mi futuro. Nadie soy. ¿Qué deseo? Todo lo que un instante permita sin el muro del tiempo. Todo lo que no aten promesas e hipotecas. Todo, piel lejana. Todo, es decir, un  recuerdo."


"Soy Merlín, el último mago, y estoy aquí porque tengo que aprender de usted la magia mejor, la que en su mirada brilla, la que se esconde en algún lugar de si cuerpo. Soy Merlín, el último mago, y he de recorrer todo su cuerpo, todo, todo hasta encontrarla, hasta encontrarme. Deme pues su venia, señora mía, que yo sabré ser sombra de su luz."

Subcomandante Marcos - 2007

domingo, 19 de diciembre de 2010

De mi no existencia en las calles.

Mierda. Otra noche más que se termina, que se escurre entre los dedos, si es que pudiera.
“Otro día más viejo” decía el viejo Jacinto. Eso lo decía cada vez que se despertaba en el mismo banco despintado de la placita, hasta un día que ya no tuvo necesidad de decirlo. El día en que sus días se detuvieron para siempre y vinieron unos hombres azules a llevarselo y no lo vimos más.
De todas las calles suben bocinas y gritos. La ciudad se niega al descanso nocturno. De arriba me miran los mil ojos brillantes y ciegos de otras tantas ventanas.
Un gorrión desubicado canta y se lamenta ¿Dónde está mi amor? ¿Dónde está mi amor?
Un borracho se duerme recostado en una pila de diarios olvidados. Mejor así, uno menos que no me molestará por un rato.
Después están ellos, los verdaderos dueños de la calle, los que están siempre, los que siempre están. En las esquinas vendiendo estampitas, en los semáforos pidiendo monedas o lavando parabrisas, en los cordones sucios de la calle aspirando porquería. Los niños-duendes de la ciudad, los que nadie ve. Los pobres que de tan pobres ni nombre tienen. Que de tan pobres se lo tienen que inventar. Los abandonados, los invisibles, los mendigos, los ladrones, los malditos. Esos pequeños a veces crueles, a veces cariño puro y salvaje pero que siempre llevan la huella de una irremediable tristeza como una segunda piel. Benditos sean por su corazón deshecho.
Pero a mí no me pongás nombres. No existo. Soy la sombra del aire. Soy el peso de una nube, soy el grito de las piedras. Soy no lo escrito. Soy nada.
Las nubes alertan la tormenta, como las olas negras de un mar imposible en el cielo. Mirá vos. Y hay gente sin embargo que dice que el mar es tan hermoso…
Pero nada de eso me importa ahora. Dentro de un rato apenas, cuando el implacable disco del sol se levante y me despierte, seguiré siendo un simple perro callejero.


Y si nada de eso me importa ¿Alguien puede decirme por qué estoy llorando bajo la lluvia?
El gorrión me pregunta una vez más ¿Dónde está mi amor? ¿Dónde está mi amor?


Río Gallegos - Diciembre de 2010.

Ella se siente a veces...


Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa,
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera una naranja jugosa
en la mano de un niño -no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara -no pesado silencio-
alguna vez escuchada.


Alaíde Foppa.
Poeta española nacida en 1914, adoptó la ciudadanía guatemalteca y por razones políticas debió exiliarse en México. De regreso a Guatemala, en 1980 fué detenida y desaparecida por la dictadura de Romeo García. Sus restos nunca fueron encontrados.

Chau Número Tres

Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente
con tus puestas de sol y tus amaneceres.
sembrando tu confianza te dejo junto al mundo
derrotando imposibles, segura sin seguro.
Te dejo frente al mar descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas, sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas pobres y malheridas
sin mis inmadureces, sin mi veteranía.
Pero tampoco creas a pie juntillas todo
no creas, nunca creas este falso abandono.
Estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano horizonte sin horas
en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar de tu sueño en la red
esperando tus ojos y mirándote.


Mario Benedetti.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Los policías y los guardias (Fragmento)

Siempre vieron al pueblo
como un montón de espaldas que corrían para allá,
como un campo para dejar caer con odio los garrotes.
Siempre vieron al pueblo como el ojo de afinar la puntería
y entre el pueblo y el ojo, la mira de la pistola o la del fusil.
Un día ellos también fueron pueblo
pero con la excusa del hambre y del desempleo
aceptaron un arma, un garrote y un sueldo mensual
para defender a los hambreados y a los desempleadores.
Y entonces era de apretar el gatillo
y las balas iban de la orilla de los policías y los guardias
contra la orilla del pueblo, así iban siempre
de allá para acá y el pueblo caía desangrándose
semana tras semana, año tras año
quebrantado de huesos, lloraba por los ojos
de las mujeres y los niños, huía de espanto
dejaba de ser pueblo para ser tropel en guinda
desaparecía en forma de cada quién que se salvó
para su casa y luego nada más,
soló los bomberos lavaban la sangre de las calles.
Siempre vieron al pueblo
crispado en el cuarto de las torturas
colgado, apaleado, fracturado,
tumefacto, asfixiado, violado
pinchado con agujas en los oídos y los ojos
electrificado, ahogado en orines y mierda
escupido, arrastrado, echando espumitas de humo
sus últimos restos en el infierno de la cal viva.
El hecho es que los policías y los guardias
siempre vieron al pueblo de allá para áca
y las balas sólo caminanba de allá para acá.
Que lo piensen mucho
que ellos mismos decidan si es demasiado tarde
para buscar la orilla del pueblo y disparar desde allí
codo a codo junto a nosotros.
Que lo piensen mucho pero entre tanto
que no se muestren sorprendidos
ni mucho menos pongan cara de ofendidos
hoy que ya algunas balas
comienzan a llegarles desde este lado
donde sigue estando el mismo pueblo de siempre
sólo que a estas alturas ya viene de pecho
y trae cada vez más fusiles.

Roque Dalton
Poeta, ensayista y novelista nacido en San Salvador.
Fusilado el 10 de mayo de 1975 por sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), bajo la falsa acusación de ser espía de la C.I.A. y de la inteligencia cubana.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Epístola de San Pablo a los Mayas, Incas y Aztecas




Tendréis que esperar.
Errar en sombras.
Renacer en toscos cielos de jaspe y herrumbre.
Pero en el décimoquinto siglo
de nuestra era
caeremos sobre vosotros.
Vuestros templos de oro
atravesarán el mar.
Todo vigor será castrado.
Cada amanecer será pecado mortal.
Diezmaremos vuestro pueblo.
Los que se salven serán bautizados.


(Extraído de Visión de los Hijos del Mal)

Miguel Angel Bustos (1932 – 1976)
Escritor, dibujante y periodista de estremecedora lucidez y ternura. Entre 1960 y durantte tres años viajó por el norte del país, Brasil, Bolivia y Perú. De regreso, fue internado en el neuropsiquiátrico Borda, donde conoció al poeta Jacobo Fijman, ocupante durante veintitantos años de la cama número 13. Publicó cinco libros de poemas, de los cuales cuatro fueron ilustrados por él.
Militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores, fue secuestrado a fines de mayo 1976 por un grupo paramilitar, convirtiéndose así en una más de las víctimas de la última dictadura militar. No hay testimonio de su paso por ningún centro clandestino de detención.
En 1998 se editó una selección de poemas de su obra titulada Despedida de los ángeles,  realizada por la Editorial Libros de Tierra Firme.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Delia Elena San Marco.


Nos despedimos en una de las esquinas del Once. Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano. Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera; cómo iba yo a saber que aquel río era el triste Aqueronte, el insuperable.
Ya no nos vimos y un año después usted había muerto.

Y ahora yo busco esa memoria y la miro y pienso que era falsa y que detrás de la despedida trivial estaba la infinita separación.Anoche no salí después de comer y releí, para comprender estas cosas, la última enseñanza que Platón pone en boca de su maestro. Leí que el alma puede huir cuando muere la carne.
Y ahora no sé si la verdad está en la aciaga interpretación ulterior o en la despedida inocente.
Porque si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis.
Decirse adiós es negar la separación, es decir: Hoy jugamos a separarnos pero nos veremos mañana. Los hombres inventaron el adiós porque se saben de algún modo inmortales, aunque se juzguen contingentes y efímeros.
Delia: alguna vez anudaremos ¿junto a qué río? este diálogo incierto y nos preguntaremos si alguna vez, en una ciudad que se perdía en una llanura, fuimos Borges y Delia.



Jorge Luis Borges - El Hacedor

viernes, 10 de diciembre de 2010

Certificado de existencia.

Ah ¿quién me salvará de existir?
Fernando Pessoa.

Dijo el fulano presuntuoso
- Hoy en el consulado
obtuve el habitual
certificado de existencia.

Consta aquí que estoy vivo
de manera que basta de calumnias.
Este papel soberbio, irrefutable
atestigua que existo.

Si me enfrento al espejo
y mi rostro no está
aguantaré sereno, despejado.

¿No llevo acaso en la cartera
mi recién adquirido
mi flamante certificado de existencia?
Vivir después de todo
no es tan fundamental.
Lo importante es que alguien
debidamente autorizado
certifique que uno
probadamente existe.

Cuando abro el diario y leo
mi propia necrológica
me apena que no sepan
que estoy en condiciones
de mostrar dondequiera y a quien sea
un vigente, prolijo y minucioso
certificado de existencia.
Existo, luego pienso.
¿Cuántos zutanos andan por la calle
creyendo que están vivos
cuando en rigor carecen del genuino
irremplazable, soberano
certificado de existencia?


Mario Benedetti..

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Estados de ánimo

Unas veces me siento como pobre colina
y otras como montaña de cumbres repetidas.
Unas veces me siento como un acantilado
y en otras como un cielo azul pero lejano.
A veces uno es manantial entre rocas
y otras veces un árbol con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas como laguna insomne
con un embarcadero ya sin embarcaciones,
una laguna verde inmóvil y paciente
conforme con sus algas, sus musgos y sus peces
sereno en mi confianza, confiando en que una tarde
te acerques y te mires, te mires al mirarme.

Mario Benedetti.

Sincera - La Mancha de Rolando

Argentina, año 2005.
"...Carla V, hija de un militar represor, profundamente deprimida, decide quitarse la vida luego de leer el libro "Nunca más", en donde se relatan los crímenes de lesa humanidad cometidos por su padre durante la última dictadura militar..."
(Extraído del álbum Espíritu, Tocka Discos, 2006)


martes, 7 de diciembre de 2010

De la demencia de las flores.

Recordar esta historia es extraño, lo sé bien. Extraño también fue vivirla. A veces no sé si la memoria es fiel o si el paso de los años fue tendiendo sus trampas, torciendo y mutilando lo vivido y perdiéndose finalmente sin ecos ni reflejos entre lo que es error y lo que es recuerdo.  Las sombras de los años a veces se funden, se unen unas con otras hasta desaparecer en un solo cuerpo sin forma casi. Un núcleo de nada.
Todas las arenas del tiempo han pasado entre nosotros desde entonces. Fue en un pasado que dicen que tuve.
Cuando la gran luna derrama su luz en gotas de plata, me siento a recordar su risa que era como golpes de un viento cálido y de verano. Abrazarla fue abrazar un cuerpo de fuego que se devora y devora a todos los que la rodean.


Por qué buscarla me preguntás? Tal vez para escuchar una voz conocida o para mirarme en un espejo que aún guardara celosamente un reflejo de lo que fuimos, pero eso sería engañarse  Ese no soy yo. Ahora si apenas éste que solo alza los ojos hacia el cielo para no ver en qué se ha convertido su camino. Soy ese que tiene a la pupila del sol como único tesoro, como quien tiene un misterio o una maravilla, algo que seguirá estando más allá de mi carne, de mis huesos y hasta de la memoria misma de mi nombre. Y seguiré blanco de luna cómo aquel día, mundos atrás con la soledad dormida en los ojos.
Pero ella no está lejos. A pesar del tiempo ella no está lejos. Ábreme el pecho y la encontrarás, ábreme las venas y la hallarás en mi sangre...
Hay sensaciones sabés, y sentimientos, que son como flores locas. Dementes flores que surgen hasta en los lugares menos esperados. Tanto de nosotros está tan lleno de inútiles gestos, inútiles como regar flores de plástico.


Y vos, a veces roca de hielo, a veces tábano bajo el sol.
Y yo, el viento que pasa sin rozar tu piel, el agua que seca sin saciar tu sed, el fuego que se apaga sin aliviar tu frío. Soy nadie. Apenas un montoncito de espuma, apenas un cosquilleo en los dedos. Puñadito de sueños en mi cuerpo de Quijote, tan absurdo como un bosque de árboles que sangran, con su muerte roja y verde.
Y otra vez buscar ser el castillo de tu mente, el espejo de tu alma, una extraña ciudad donde habiten nostalgia, anhelos, deseos rotos y pérdidas.
Y otra vez el miedo a solamente odiarte por perderte.
Vete miedo, vete…
Lo único que lamento, ya ves, es que tengas una vida sola. Tendrías que tener mil vidas, para arrancártelas una por una.
Esta noche y las que sigan quiero asesinar todas las canciones que me recuerden a vos. Tantas canciones me recuerdan a vos. Por eso escribo de noche y solo, así bebo la nostalgia sin hielo y a sorbos largos.


Pensé en llevarme algo, un recuerdo, una mirada, mis pulmones llenos del aire de tu perfume. Pero es inútil luchar contra lo inevitable con burdos fetiches. Desde entonces te llevo fundida en los ojos, como dos nidos de luz.



Pd: Pero me gusta pensar en vos desde que pienso.


Río Gallegos - Diciembre de 2010.

El miedo global.

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
Y los que no trabajan tienen miedo

de no encontrar nunca trabajo.
Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo a caminar

y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar

y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares.

Los militares tienen miedo a la falta de armas.
Las armas tienen miedo a la falta de guerra.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre

y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones y miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura.
Al tiempo sin relojes, al niño sin televisión.
Miedo a la noche sin pastillas para dormir

y a la mañana sin pastillas para despertar.
Miedo a la soledad y miedo a la multitud.
Miedo a lo que fue, miedo a lo que será.
Miedo de morir, miedo de vivir.



Eduardo Galeano.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Aprendiendo

Después de un tiempo,
5b415a0a74765006f122f979f487f751uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos

y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas

con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes
y los futuros tienen una forma

de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar

de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
y con cada día uno aprende.


Jorge Luis Borges.

Carta III (del Libro de Alienaciones)

Nunca sabré de ti, y eso lo supe
desde el primer encuentro.

Esta certeza tiene tanta fuerza
que es como si tuviera noticias tuyas
a cada momento.
       

Clara Janes - 1980

Viceversa

Tengo miedo de verte
necesidad de verte

esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
O sea, resumiendo
estoy jodido y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también viceversa.
Mario Benedetti

jueves, 2 de diciembre de 2010

Maldigo del alto cielo.

Maldigo del alto cielo la estrella con su reflejo,
maldigo los azulejos destellos del arroyuelo,
maldigo del bajo suel la piedra con su contorno,
maldigo el fuego del horno porque mi alma está de luto,
maldigo los estatutos del tiempo con sus bochornos,
cuánto será mi dolor. 

Maldigo la cordillera de los Andes y La Costa, maldigo, señor, la angosta y larga faja de tierra, también la paz y la guerra, lo franco y lo veleidoso, maldigo lo perfumoso porque mi anhelo está muerto,maldigo todo lo cierto y lo falso con lo dudoso,  cuánto será mi dolor. 

Maldigo la primavera con sus jardines en flor y del otoño el color yo lo maldigo de veras; a la nube pasajera la maldigo tanto y tanto porque me asiste un quebranto maldigo el invierno entero
con el verano embustero maldigo profano y santo,
cuánto será mi dolor.

Maldigo a la solitaria figura de la bandera,
maldigo cualquier emblema,

la Venus y la Araucaria,
el trino de la canaria, el cosmos y sus planetas,
la tierra y todas sus grietas

porque me aqueja un pesar,
maldigo del ancho mar sus puertos y sus caletas,
cuánto será mi dolor.


Maldigo luna y paisaje, los valles y los desiertos,
maldigo muerto por muerto y el vivo de rey a paje,
el ave con su plumaje yo la maldigo a porfía,
las aulas, las sacristías porque me aflige un dolor,
maldigo el vocablo amor con toda su porquería,
cuánto será mi dolor.


Maldigo por fin lo blanco, lo negro con lo amarillo,
obispos y monaguillos, ministros y predicandos
yo los maldigo llorando; lo libre y lo prisionero,
lo dulce y lo pendenciero le pongo mi maldición
en griego y en español por culpa de un traicionero,
cuánto será mi dolor.



Violeta Parra.

martes, 30 de noviembre de 2010

Apócrifo

Perfecta musa para este pintor de muñecos desnudos, cuando nos veamos de nuevo detendremos los relojes y permaneceremos eternamente en ese primer día, nuestro libro nunca dejará de comenzar, nos sorprenderá con las metáforas de las que formaremos parte…la penúltima canción continuará sonando… vamos a enterrar a nuestros yo equívocos. Quiero equivocarme de nuevas maneras a tu lado poeta maldita, dama asesina, princesa vampira, mujer, mujer-pez, ojos de gata, Maga, mi error más hermoso o mi hermosura más errónea…

domingo, 28 de noviembre de 2010

Cien años de soledad - Final

Sin embargo, antes de llegar al verso final, ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres, en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de decifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque los estirpes condenados a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.


Gabriel García Márquez

viernes, 26 de noviembre de 2010

Obituario cun hurras

Vamos a festejarlo
vengan todos.
Los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sufren de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan.

Vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón, el cochino
se acabó para siempre.

Hurra que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir que la muerte

siempre lo borra todo
todo lo purifica,

cualquier día la muerte
no borra nada
quedan siempre las cicatrices.

Hurra murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas.

Se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre.
Vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera.

Vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
no es un muerto cualquiera.

Vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.


Mario Benedetti - 1963

lunes, 22 de noviembre de 2010

Rayuela - Capítulo 93 (Fragmento)

No te quiero ni por vos , ni por mí, ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo mas profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa [...] Para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. claro que te curarás, por que vivís en la salud, despues de mí será cualquier otro [...]
Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.
El Cronopio Mayor

Ventana sobre una mujer

La otra llave no gira en la puerta de calle. La otra voz, cómica, desafinada, no canta desde la ducha. En el baño no hay huellas de otros pies mojados. Ningún olor caliente viene de la cocina. Una manzana a medio comer, marcada por otros dientes, empieza a pudrirse sobre la mesa. Un cigarrillo a medio fumar, muerto gusano de ceniza, tiñe el borde del cenicero. Pienso que debería afeitarme. Pienso que debería vestirme. Pienso que debería. Llueve agua sucia dentro de mí.

Eduardo Galeano

Bienvenida

Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte, ni más dócil, ni más cauta

tan sólo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme

te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabés cómo te pienso y enumero.

Después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales

ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco.

Yo nostalgio, tú nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie.
Tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros.
No olvides que tu rostro me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta como pueblo

y eso te da una lumbre inapagable.
Ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas, con hondura, con franqueza.
Sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.


Mario Benedetti

La noche (1)

No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.


Eduardo Galeano

domingo, 21 de noviembre de 2010

Caminos.

Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros y cuando ella dice adiós está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.


Eduardo Galeano

Dos poemas dos.



La Palabra que Sana
Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje,
alguien canta el lugar en que se forma el silencio.
Luego comprobará que no porque se muestre furioso
existe el mar, ni tampoco el mundo.
Por eso cada palabra dice lo que dice
y además más y otra cosa.
 
Anillos de Ceniza (Fragmento)
Y cuando es la noche, siempre,
una tribu de palabras mutiladas
busca asilo en mi garganta,
para que no canten ellos,
los funestos, los dueños del silencio.
 
Alejandra Pizarnik

lunes, 15 de noviembre de 2010

De los amigos que todavía están.

El Hombre es como el día y la noche, una puede ser mejor que el otro pero es imposible separarlos y el corazón de los hombres es como los lados de un espejo, uno blanco y otro negro. El mal y el bien son la carne, los huesos y la sangre de mi hermano, el Hombre.
Deja tu alma en paz, amigo que me escuchas, porque no has podido cerrar el corazón al sufrimiento de otros. Porque tus ansias se van perdiendo como niños en un jardín desconocido. Porque  te han robado la alegría de vivir y es como el miedo que se hace gran frío en los huesos.
Y lo veo, veo al Hombre tan soberbio y orgulloso, ese que levantó un altar para contemplar su soledad, tan lejos de aquella mirada saturada de sal y de siglos (aquella mirada que conocí) cuando tenía los ojos amargos de aquel que ha perdido sus ilusiones y deseos, cuando sólo era el que nada tuvo ni tiene, el que a ninguna parte va y de ninguna parte viene. El nadie, el nada. Ahora sin embargo se siente como un mar sin orillas. Inmenso. Y terribles sentimientos flotan alrededor de él como flores de sangre mecidas por el viento y no hace otra cosa que matar sus sueños. Que terrible es ver a un hombre con tal ansia por matar.
Siento el silencio pesado como una montaña, siento que se hincha como una tormenta.
¿Qué demonios lo trajeron hasta nosotros hasta ser sólo un gran arma afilada pendiendo sobre nuestras cabezas? Soy (somos) Damocles.


Hoy al menos vos seguís puro como una llama.
Que los dioses te concedan un buen sueño.


Río Gallegos - Noviembre 2010.

Traspié entre dos estrellas.

Hay gentes tan desgraciadas que ni siquiera
tienen cuerpo, cuantitativo el pelo,
baja en pulgadas la genial pesadumbre
el modo, arriba;
no me busques la muela del olvido,
parecen salir del aire, sumar suspiros mentalmente

oír claros azotes en sus paladares!
Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen
y suben por su muerte de hora en hora
y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo.
¡Ay de tanto! ¡ay de tan poco! ¡ay de ellas!
...

¡Amadas sean las orejas Sánchez,       
amadas las personas que se sientan
amado el desconocido y su señora
el prójimo con mangas y cuellos y ojos!
¡Amado sea aquel que tiene chinches
el que lleva zapato roto bajo la lluvia
el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas
el que se coge un dedo en una puerta
el que no tiene cumpleaños
el que perdió su sombra en un incendio
el animal, el que parece un loro
el que parece un hombre, el pobre rico
el puro miserable, el pobre pobre!
¡Amado sea el que tiene hambre o sed

pero no tiene hambre con qué saciar toda su sed
ni sed con qué saciar todas sus hambres!
¡Amado sea el que trabaja al día, al mes, a la hora
el que suda de pena o de vergüenza
aquel que va, por orden de sus manos al cinema
el que paga con lo que le falta
el que duerme de espaldas
el que ya no recuerda su niñez.
Amado sea el calvo sin sombrero
el justo sin espinas
el ladrón sin rosas rosas
el que lleva reloj y ha visto a Dios
el que tiene un honor y no fallece!

¡Amado sea el niño, que cae y aún llora          
y el hombre que ha caído y ya no llora!
¡Ay de tanto! ¡Ay de tan poco! ¡Ay de ellos!



César Vallejo.

Chicas tranquilas y limpias con lindos vestidos.


Necesito una buena mujer,
necesito una buena mujer
más de lo que necesito esta máquina de escribir
más que a mi coche, más que a Mozart,
necesito tanto una buena mujer
que siento que la huelo en el aire
que la siento en las yemas de mis dedos
que veo aceras hechas
para que sus pies caminen sobre ellas,
que veo almohadas para su cabeza, 
que siento mi sonrisa esperando,
que veo a un gato como su mascota,
que la veo dormir,
que veo sus pantuflas sobre el piso.
Sé que existe,
¿pero en qué lugar de la Tierra estará
mientras las otras siguen rondando?


Charles Bukowski.

domingo, 7 de noviembre de 2010

No soy de aquí, ni soy de allá (Intro)

Me gustan los que se callan y me gustan los que cantan.
Y de tanto andar conmigo me gusta lo que me pasa.
Me pasan cosas como esta, aunque no tenga importancia

andar contándole a todos todas las cosas que pasan.
Porque uno no vive solo y lo que a uno le pasa

le está sucediendo al mundo; única razón y causa.
Pues todito es tan perfecto porque perfecto es Dios
que se mueva alguna estrella cuando arranco una flor.
Por eso si hay uno... hay dos.
Supe del diablo la noche que al hambriento dije “no”
también esa noche supe que el diablo es hijo de Dios.
Ando solo por la vida con un tono y dominante

modestamente cantor sin pretensión de enseñar
porque si el mundo es redondo no sé que siga delante.
Andar y andar siempre andando nada más que por andar.
No vine a explicar al mundo, solo lo vine a tocar
No quiero juzgar al hombre, al hombre quiero contar
mi condición es la vida y mi camino cantar,
cantar y contar la vida, es mi manera de andar.
Un día llegué a Tandil y conocí a un anciano
que a falta de inteligencia, se le dió por ser muy sabio.
Le pregunté por Jesús una noche al lindo viejo
y ahí mismo lo conocí; cuando me alcanzó un espejo.
Yo bailo con mi canción y no con la que me tocan,.
yo no soy la libertad... pero si el que la provoca.
Si ya conozco el camino pa' que voy a andar al costado,
si la libertad me gusta pa' que voy a vivir de esclavo
elegir yo siempre elijo más que por mi por mi hermano
y si he elegido ser águila fue por amor al gusano.
Prefiero seguir a pie y no en caballo prestado
alguien por una manzana pa' siempre quedó endeudado.
Siempre se llega primero el que va más descargado.
El día que yo me muera no habrá que usar la balanza
pues pa' velar a un cantor con una milonga... alcanza
Doy la cara al enemigo, la espalda al buen comentario
porque el que acepta un halago empieza a ser dominado.
El hombre le hace caricias al caballo... pa' montarlo
Perdón si me propasé y me puse moralejo
nadie puede dar consejos, no hay hombre que sea tan viejo.

Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo.
Me gusta andar pero no sigo el camino,
pues lo seguro ya no tiene misterio.
Me gusta ir con el verano muy lejos,
pero volver donde mi madre en invierno
y ver los perros que jamás me olvidaron y los caballos...
y los abrazos que me dan mis hermanos.
Me gusta... me gusta... me gusta...



Facundo Cabral.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

De los ríos y los sueños.

Soledad tiene nombre de mujer.
Soledad. Con ese nombre trato de llenar el hueco de los días.
Soledad. Cuando no hallamos el agua fresca del hogar y cuando todas las puertas se cierran ante el desconocido que golpea contra ellas.
Y fue en esos tiempos en que mi nombre no era bandera de paz. Y fue en esos días sin importancia y a la vez tan importantes que la conocí. Era una noche en que vi la luna dormir sobre el hombro del río, su luz como un puñado de polvo de plata. Su largo cabello, el de ella, volando en el viento como una bandera de oro.
Vi sus ojos inundándose de luna. Ella reía, mi amigo. Ella reía como un río.
Y yo que vengo de muchas partes donde he dejado trozos de mi vida, y de muchas penas donde he dejado el alma entera. Alguna vez fui joven y alguna vez me detuve a contemplar mis propias huellas, a pensar en ellas. De pronto dejo de ser este hombre calcinado y envejecido de sueños. Han pasado tantos años y he perdido tanto... La nostalgia, mi viejo, es como una flecha loca.
Sentado al calor de su hoguera comencé a soñar. Con el corazón puesto en un pañuelo comencé a soñar. Con una mujer que entristecía la memoria comencé a soñar.
Todo se borra delante y vuelve el recuerdo. Y con el recuerdo vuelve su voz: Tendré tu rostro en mis ojos y el río y el viento me traerán tu aroma. Vuela lejos el pensamiento. Directo a los largos cabellos de una mujer, como un desfile de penas y tristezas. Como un vagabundo que nada espera y nada añora porque ya nada posee. No quiero ser solitario, tal vez mañana pero no hoy.
Hay preguntas que parecen no tener respuestas.
No me preguntés lo que ni yo mismo sé...
Y fue en esos días sin importancia y a la vez tan importantes que la conocí.
Y creo que en esos días fui feliz, sobre ese río que tal vez se llame soledad.


Río Gallegos - Noviembre de 2010.

martes, 2 de noviembre de 2010

No te salves.

No te quedes inmóvil al borde del camino.
No congeles el júbilo, no quieras con desgana.
No te salves ahora ni nunca.

No te salves, no te llenes de calma.
No reserves del mundo sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados pesados como juicios.
No te quedes sin labios, no te duermas sin sueño.
No te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo.
Pero si pese a todo no puedes evitarlo
y congelas el júbilo y quieres con desgana
y te salvas ahora y te llenas de calma
y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados pesados como juicios
y te secas sin labios y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil al borde del camino
y te salvas entonces, no te quedes conmigo.

Mario Benedetti.

miércoles, 27 de octubre de 2010

De la soledad.

Venimos solos a este mundo. Y solos vamos, a veces ciegos y sordos, otras veces con los ojos absurdamente abiertos. Buscando… Sigo buscando. ¿Buscando qué? Espectros de juventud, fantasmas, rastros de la huella del recuerdo de alguna mujer que quise. “Quise” pero seguramente no lo logré (o ni siquiera lo intenté) y que terminé abandonando por orgullo o por desidia o porque era martes que es casi como decir por nada. Soy como un árbol viejo y seco que sin embargo no se resigna y busca el sol y el calor en las primaveras idas. Aún conservo la risa y algo parecido a un alma, pero la soledad... la soledad… es allí donde campea la nostalgia, es allí donde todo se rompe y por cada grieta voy perdiendo a los míos, me vuelvo ajeno, me vuelvo extraño, incapaz de compartir esta ilusión de vida. Cuanto más me rodean los amigos, más añoro la soledad y los caminos. Caminos hacia ninguna parte que me desorientan como a un niño pero me llaman con esas voces que sólo escuchan los vagabundos sin patria. Soy al fin y al cabo hombre, semilla del destino, producto de los tiempos por venir, siempre hacia delante, siempre otros cinco minutos, siempre sabiendo la inutilidad en el gesto del adiós. Siempre sin ayer. Soy nadie de ningún lugar. Los lugares cerrados me asfixian y hacen que me revuelva como un animal encerrado en una jaula, incómodo por no estar al aire libre. Soy como esa piedra que empujás cuesta abajo, arrastrado por el peso de su propio cuerpo. Yendo de acá para allá sin saber muy bien porqué, lejos de la mezquindad de los hombres. En realidad no me sorprende si no entendés. A veces yo tampoco me entiendo.


Río Gallegos - Octubre 2010.

No te detengas.


No dejes que termine el día
sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz,
sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias
de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras
y las poesías sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
tú puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes. Huye.
"Emito mis alaridos

por los techos de este mundo", dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca

tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro

y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron,
de nuestros "poetas muertos",

te ayudan a caminar por la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros:

los "poetas vivos".
No permitas que la vida

te pase a ti sin que la vivas.


Walt Whitman