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jueves, 26 de junio de 2014

Había una vez un blog: Post N° 1000, el final es en donde partí

Arte del ciclo de Teatro "En la estepa" - Río Gallegos Noviembre 2013
 
Ha soplado mucho viento en este sur que también existe y ha corrido mucha agua bajo estos puentes amarillos desde aquel 18 de septiembre del 2010 en que abría este espacio con el cuento "Una muerte" de Héctor Germán Oesterheld, ese que dice "Si uno sabe mirar, un solo pájaro, un solo sícalo, resume todas las bellezas de los mundos...".
La idea primera era compartir pequeños fragmentos literarios, alguna que otra poesía, publicar de vez en cuando algún texto propio, pero la criatura tomó vida propia y fuí agregando diferentes manifestaciones del arte: pintura, escultura, algo de fotografía, mucho cine, cada vez más cine y una de mis pasiones desde siempre: muy buena historieta (olores de mi infancia en extinción). Y desde hace año y medio haciendo conocer a los artistas plásticos de mi ciudad, de cada exposición que visitamos con Estela, mi esposa (que sueña con volcanes y a veces me sueña a mí). Y aquí estamos casi cuatro años después bajando una imaginaria persiana, culminando un ciclo si se quiere, para dar lugar a otro con una estética, espero, renovada. Y a vos que por costumbre o por simple error caiste en esta telaraña simplemente gracias.
Pero no los dejo solos, no por mucho tiempo. Habrá otro lugar donde encontrarnos con ojos y manos y será un cuento, que como todos los cuentos del mundo comienza con "había una vez..."

Río Gallegos - Escrito con sangre en Junio de 2014.

domingo, 22 de junio de 2014

Cenizas - Fragmento

De Mi Tierra - Muestra de Sandra Jamieson O´Byrne
Fundacruz, Río Gallegos, Abril de 2013
Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos y sonreír.

Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como olas, frases como alas.

Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles caminos.

Alejandra - Las aventuras perdidas

La mala racha

Mural del colectivo de arte Kalimocho - Plaza seca del Complejo Cultural Santa Cruz
Mientras dura la mala racha, pierdo todo.
Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria:
pierdo llaves, lapiceras, dinero, nombres, caras, palabras.

Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal
y me piensa peor, o pura casualidad,
pero a veces el bajón demora en irse
y yo ando de pérdida en pérdida,
pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco,
y siento miedo, mucho miedo
de que se me caiga la vida en alguna distracción.

Eduardo Galeano

sábado, 21 de junio de 2014

Viaje a la ficción - Fragmento

Onetti y Faulkner según Hermenegildo Sábat
Escribir era, para Onetti, no una "evasión", sino una manera de vivir más intensa, una hechicería gracias a la cual sus fracasos se volvían triunfos. Por eso, toda su vida insistió en que la literatura no podía ser un mero oficio, una profesión, menos aún un pasatiempo, sino una entrega visceral, un desnudamiento completo del ser, algo que tenía más de sacrificio que de trabajo, que se llevaba a cabo en la soledad y sin esperar por ello otra recompensa que saber que, escribiendo, le sacaba la vuelta a la puta vida.

Mario Vargas Llosa

De noche, solamente sangre

Ver no tocar - Acrílico de Estela 
Obra expuesta durante el 15° aniversario
del Centro Cultural "Manuel Ravallo"
Río Gallegos,  Mayo 2014
Supe que vendría. No ayer ni mañana, hoy. Lo supe aquí sentado a oscuras tanteando torpemente, acariciando los botones y las hilachas de mi saco. Digo bien, porque no es un saco sino “mi saco”, el único que tuve jamás. Ella vendrá y vendrá como sólo lo hace ella, de vez en cuando y de noche (siempre de noche), de 1 a 3 porque sabe ser al mismo tiempo puntual y tirana, mujer al fin. Toma mis manos, perfora cada uno de los dedos como ninguna otra supo hacerlo. Gritan sus ojos, ordena casi cada oración, rasguña en mi cara puntos y comas que caen hasta el papel. No se llama inspiración, ustedes que me escuchan, hombres y mujeres, niños si lo hay. Se llama soledad y seguramente también destino.
 
Río Gallegos - Junio 2014

viernes, 20 de junio de 2014

Desapariciones

Y después de todo quedo yo 
Óleo de Adriana Garcia Hernandez
 Una palabra ha llegado en un papel. Al desdoblarlo descubro que donde estaba la palabra sólo hay un polvillo iridiscente, como el que dejan las mariposas en la yema de los dedos. Quiero leerla sin embargo. Nada. Nada que pueda leerse. Nada para agregar al mundo. Sólo un espacio borroneado por algo leve. Entonces ¿cómo empezar? ¿con qué palabra iniciar lo que queda?

Nélida Cañas

El engaño

Viñeta de Al pie de la letra de Tomás "El Tomi" Müller
La conoció en un bar y en el hotel le arrancó la blusa provocativa, la falda entallada, los zapatos de tacón alto, las medias de seda, los ligueros, las pulseras y los collares, el corsé, el maquillaje, y al quitarle los lentes negros se quedó completamente solo.

Marcial Fernández

Nos han dado la tierra - Fragmento

Perro - Grabado de Rufino Tamayo
Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros.
Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza.
Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.
 
Juan Rulfo

sábado, 14 de junio de 2014

Búsqueda de una definición (habiendo visto una pintura de Bradley Walker Tomlin)

Óleo número 3 - Bradley Walker Tomlin, 1948
Acordamos escribir cada uno un poema usando las palabras "un viento suave perturbando una fogata". Desde entonces nada ha significado tanto como el pequeño acto presente en estas palabras, el acto de intentar decir palabras que apenas tienen significado. Hasta el mismísimo final quiero ser igual a lo que fuera que mi ojo pueda o quiera traerme, como si finalmente pudiera verme a mí mismo, liberado de las cosas casi invisibles que junto a nosotros y a todos los niños aún no nacidos nos llevan al mundo. 

Paul Auster

viernes, 13 de junio de 2014

Hay cosas que el viento no se puede llevar

Ilustración de Carlos Dearmas. 2009
Uniendo manos con pies, pecho con garganta, vive en ese cuerpo. Como cualquiera. Como el beso que se metió en tu boca. Y canta y sigue cantando para salvarnos del suicidio diario de vivir, contagiando continentes, en cada semáforo y en la cancha también, en cementerios, trenes y hospitales. Príncipe y mendigo, hidalgo caballero de la triste figura, dragón de tres cabezas, expreso en la medianoche de nuestro corazón. El flaco me contó un secreto y me lo contó en un sueño, con su camisa de chulo y una hoja de Gillette colgando en cada oreja. Jodido, todo hueso y diamante, contó su secreto: 
- Si alguna noche compañero -me contó- no tienes ganas de encender la tele ni de escribir ni de leer o simplemente ya no tienes ganas de respirar, ponte una de Sabina. Entonces y sólo entonces sabrás que todo va a estar bien.
Y yo que esa noche llevaba mis dos manos de repuesto le hice caso y busqué una, de puro buscón nomás.
 
Río Gallegos - Junio de 2014


martes, 10 de junio de 2014

Noches Blancas

Arte de César Barrientos - Muestra Las Vidas del Arte
Complejo Cultural Santa Cruz, Mayo 2014
No hay nadie aquí, y el cuerpo dice: cualquier cosa que sea dicha no debe ser dicha. Pero no hay nadie que sea también un cuerpo y lo que el cuerpo dice no será oído por nadie que no seas tú. Nevada y noche. La repetición de un crimen entre los árboles. La lapicera se mueve sobre los confines de la tierra: ya no sabe qué sucederá y la mano que la sostiene ha desaparecido. A pesar de todo, escribe. Escribe: en el principio, entre los árboles, un cuerpo llegó caminando desde la noche. Escribe: la blancura del cuerpo es el color de la tierra. Es tierra, y la tierra escribe: todo es el color del silencio. Ya no estoy aquí. No he dicho nunca lo que tú dices que yo he dicho. Y aún así, el cuerpo es un lugar donde nada muere. Y cada noche, desde el silencio de los árboles, tú sabes que mi voz llegará caminando, buscándote.

Paul Auster

El drama del desencantado

De cabeza a la utopía
Gladys Abitante - 2002

 
El drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

Gabriel García Márquez

domingo, 8 de junio de 2014

La soledad es cosa mía

36 Caretas - Instalación de Karina Velázquez
Museo de Arte Eduardo Minicelli - Río Gallegos
La soledad es cosa mía, resplandece en todo lo que amo. No hay más verdad que la acrobacia del quedarse a solas, algún gemido en una bolsa de papel o el discurrir de la sangre que no sabe a dónde va. Me había hecho la promesa de no volver a mi cancioncita triste de saciar la hora con un grano de anís, con una nube niña durmiendo en la palma de mi mano. Ahora vuelvo a casa como un criminal. Alguien me lapida implacablemente desde la sombra. (...) Si tú supieras cómo me aterra la limpidez del aire, el insomnio, ese tren que nunca llega al mar. A veces me devora la rabia y me largo a las calles, husmeo en los basureros, en los parques. De las carnicerías obtengo espléndidos trozos. Mis compañeros de trabajo me oyen hablar a solas como un tonto y en toda estas noches remastico las cucarachas de la soledad.

Guillermo Fernández

domingo, 1 de junio de 2014

No hay camino al paraíso - Fragmento

Viñetas de Cosecha Verde - Carlos Mandrafina
Yo estaba sentado en un bar de la avenida Western. Era alrededor de medianoche y me encontraba en mi habitual estado de confusión. Quiero decir, bueno, ya sabes, nada funciona bien: las mujeres, el trabajo, el ocio el tiempo, los perros... Finalmente sólo puedes ir y sentarte atontado, totalmente noqueado y esperar. Como si estuvieses en una parada de autobús aguardando a la muerte.

Charles Bukowski

El corazón de un colibrí late 1260 veces por minuto

Obra expuesta por los alumnos del profesorado de Artes Visuales
durante el 54° aniversario del Conservatorio Provincial de Música
Eugenio Rosso - Mayo 2014
Este hombre estará sentado en su silla hasta el amanecer. Ha sido un largo día, y ahora las conversaciones del día separan las hojas del pasto para acostarse. Ahora las pausas entre las palabras poseen todo. El esmero del vacío al cual él no le ve el fin, éxtasis de espacios en blanco entre las piedras y todos los pensamientos fuera de las piedras, se los deja errar hasta la mañana. Hay en él una tristeza que no puede interpretar, como arroyuelos trayendo pinceladas de sangre de vuelta a un manantial que ésta no comprende. Como todas las pequeñas pitonisas debajo de las tablas del piso que no pueden decir una palabra, y todos los libros en los estantes que no pueden leerse a sí mismos. En su habitación sólo el colibrí entiende, prensado entre las hojas de la biblia familiar de los años 1850, como una rosa que comprendiera el vuelo, aplastada tristemente contra todas las palabras de Dios. Una flor donde la oscuridad se condensa en forma de pájaro, donde la muerte se condensa 1260 veces por minuto. Esta tristeza es suficiente incluso para que un hombre la comprenda, para encontrar su lugar, el peso de su infelicidad, esa pluma que cae dentro de él mismo, donde no existen alas, ningún volar hacia la luz, ni un aleteo, ninguna respuesta que venga del movimiento.

Don Domanski

La cuidad sin nombre - Fragmento

Viñeta de El Mago Volumen 1 - Enrique Alcatena
Al acercarme a la ciudad sin nombre me di cuenta de que estaba maldita. Avanzaba por un valle terrible reseco bajo la luna, y la vi a lo lejos emergiendo misteriosamente de las arenas, como aflora parcialmente un cadáver de una sepultura deshecha. El miedo hablaba desde las erosionadas piedras de esta vetusta superviviente del diluvio, de esta bisabuela de la más antigua pirámide; y un aura imperceptible me repelía y me conminaba a retroceder ante antiguos y siniestros secretos que ningún hombre debía ver, ni nadie se habría atrevido a examinar.

Howard Phillips Lovecraft

Los bajos fondos - Fragmento

Obra expuesta por los alumnos del profesorado
de Artes Visuales durante el 54° aniversario

del Conservatorio Provincial de Música
Eugenio Rosso - Mayo 2014
Anoche estuve en el reino de las Sombras, donde rayos grises del sol atravesaban un cielo gris. Calladamente, el follaje gris ceniza de los árboles se balanceaba con el viento, sin que se escuchara el rumor de las ruedas, el sonido de los pasos o de las voces. No es la vida sino su sombra, no es el movimiento sino su espectro silencioso.

Ayer estuve en el reino de las sombras. Si supieras hasta que punto es aterrador. Allí no existe ni el sonido ni el color: todo, la tierra, los árboles, los hombres, el agua y el aire, todo tiene allí un color gris uniforme. En el cielo gris, rayos de sol grises; en los rostros grises, ojos grises. Y hasta las hojas de los árboles son grises como la ceniza: no es la vida, sino una sombra de vida. No es el movimiento, sino una sombra de movimiento, desprovista de sonido.

Maksim Gorki

Celebración de la risa

Obra expuesta por los alumnos del profesorado
de Artes Visuales durante el 54° aniversario
del Conservatorio Provincial de Música
Eugenio Rosso - Mayo 2014
Donde él estaba, recuerda el hijo, ocurría la risa. De todas partes acudían a reírse cuando él contaba, y se agolpaba el gentío. En los velorios, había que levantar el ataúd para que cupieran todos. Y así el muerto, se ponía de pie para escuchar con el debido respeto, aquellas cosas dichas con tanta gracia. Y de todo lo que José Luis aprendió de su padre, eso fue lo principal: Lo importante es reír -le enseñó el viejo-. Y reír juntos.

Eduardo Galeano - El libro de los abrazos