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lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Para qué las palabras?


Si hablaran mis manos...
¿para qué las palabras?
si hablaran mis ojos o mis oídos,
¿para qué las palabras?
¡para qué hablarte con palabras!
¡por qué crucificarte en vocablos!
si tengo mis ojos, mis oídos
y mis manos.
Si te hablara como los ciegos
si te oyera como los sordos
si te acariciara como los mancos
¡para qué las palabras!

Miguel E García Salguero - Errante Peregrino.

Dejadme solo


Dejadme solo, aquí espero,
mi propio rastro retornará encendido,
quizás allí volveré a ser yo mismo,
iluminando los besos diluidos en el olvido,
los astros apagados en el recuerdo,
los pájaros agotados en su vuelo.
Dejadme solo, completamente solo,
frente al espejo delator de mi susurro.
La soledad escudriña el fondo,
siempre llega a remover la tierra muda,
siempre hinca con su cuchillo el alma,
entonces uno mira su extensión,
ve lo que sus ojos vieron de soslayo,
siente lo que su cuerpo negó al futuro,
canta humillado en alguna esquina,
se reconforta, retoña como un árbol,
mira con más entusiasmo los caminos,
para que la pudrición no contamine los sentidos.

Javier Villegas - Desciframiento del tiempo

Hija de Lilith


No te trajo a este mundo
la costilla de un hombre.
No dio vida a tu barro
el aliento de dioses.
Tú has nacido del vientre
de una mujer despierta
que navega en el tiempo
dando a luz primaveras.
(...)
No vas a llorar conmigo,
ni elevarte a las alturas,
no soy tu media naranja,
eres fruta entera y madura,
eres la duda que quema,
olor a tierra mojada
tras la lluvia que trajo el verano
en el que ardió mi atalaya.
No quieres mi luz ni mi consuelo,
eres la herida encarnada.
Hija de Artemisa y de Lilith,
quizá regreses al alba.

Ismael Serrano.

domingo, 25 de noviembre de 2012

de Días y noches de amor y de guerra


El Che Guevara se delataba, como todos, por los ojos. Recuerdo su mirada limpia, como recién amanecida: esa manera de mirar de los hombres que creen... 

Eduardo Galeano.

La insoportable levedad del ser


Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos. 

Milan Kundera

Para Janis Joplin



A cantar dulce y a morirse luego
no: a ladrar.

Así como duerme la gitana de Rousseau
así cantás, más las lecciones de terror.

Hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia
eso hiciste vos, eso yo.
me pregunto si eso no aumentó el error.

Hiciste bien en morir.
por eso te hablo,
por eso me confío a una niña monstruo.

Alejandra Pizarnik - Textos de sombra y últimos poemas

Perdón por esto y por lo que vendrá


Te guardo (si te hace falta) este tonto corazón, y mis ojos de noche siempre con hambre de vos. Y todavía te odio pero casi siempre no.
Creo encontrarte. Sueño encontrarte, porque cierro los ojos y te veo sonriendo. Porque hay noches que iluminan y otras que nos mueren. Porque hay noches que no duermen. Que se empeñan en quedarse diez minutos más en vos.

Me quemás. Todo el día. Vivo en el delirio de poseer tu mirada noche tras noche. Me dolés en los dedos que no te acarician. En estas manos vacías de las tuyas. En esta boca torpe que te nombra y que te busca. En el costado vacío de esta cama que te guarda el lado izquierdo. Se hace ya imposible no sentirse imperfecto, incompleto. Pero falta menos, siempre un día menos, para acompasar mi corazón con el tuyo, para beber de tu piel y escribirte en la espalda con roja sangre esas palabras, que no olvidés que sabés y que yo sé bien que sabés y que no te pienso decir pero que crecen como la mala hierba: "Total parcial... Total general...". Pero no te lo pienso decir, no todavía. Este día solo es día cuando te escucho, la noche empieza cuando la adivino en tus ojos. Y te desnudo, no de ropa, sino de miedos. De ciertas angustias te despojo y te visto de mi tristeza y la pintás del plata de la luna y del oro de tu risa.
Qué siestas, qué descansos ni qué nada. ¿Cómo hago para cerrar los ojos sin verte? ¿De qué manera tan dulcemente cruel me robás el sueño?

Yo sé que no vas a estar cuando llegue. Eso no quita que esté tan solo entre tanta, tanta gente. No puedo evitar sentirme intranquilo y también un completo inútil.
Sé, sin embargo, que te esperan días difíciles. Toda esa libertad tiene su precio. Lo que vendrá es por nosotros. Aunque tarde, de aquí en más somos dos. No queda otra opción (y eso también lo sabés) más que abrazar nuestras vidas. Sin renuncias ni remedio, sin concesiones ni fronteras.
Y vos, por si no lo sabías, hay alguien por acá que te extraña. Quizás el viento te lleve esta caricia.
Ya no hay otro destino para mí. Todas las calles que dan al mundo terminan en vos.

Río Gallegos - Noviembre de 2012

sábado, 24 de noviembre de 2012

Estar solo



Uno necesita estar solo muchas veces en la vida. Y estar solo puede no ser estar solo en el sentido estricto de “estar solo”; porque como vos decías con mucha razón: uno muchas veces puede estar acompañado por las voces de la tierra, por las voces de la noche, por las voces de su propia memoria que te acompañan aunque no quieras. Uno nunca está de veras solo. Pero digamos que dentro de lo que sería esa soledad relativa, elegir la soledad es un derecho humano fundamental, el derecho de estar solo a veces y eso está perfectamente bien.

Eduardo Galeano

domingo, 18 de noviembre de 2012

Rayuela - Capítulo 126


—Por qué, con tus encantamientos infernales, me has arrancado a la tranquilidad de mi primera vida... El sol y la luna brillaban para mí sin artificio; me despertaba entre apacibles pensamientos, y al amanecer plegaba mis hojas para hacer mis oraciones. No veía nada de malo, pues no tenía ojos; no escuchaba nada de malo, pues no tenía oídos; ¡pero me vengaré!.

Dircurso de la mandrágora


Anónimo VII


Pájaros (invisibles) pájaros. 
Labios aéreos, pájaros.
Los oigo y no los veo. 
Libres, voladores, pájaros.
Entonces todo duele: los guantes, los siempre,
el beso de ron en los colmillos, 
el libro perezoso desplegado.
Y la niebla. Y el sol. Y los otros. 

(Otra joya de autor desconocido)

Alta hora de la noche


Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrá la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
será el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.

Roque Dalton

Gente corriente y palabras habituales



En el fondo, la literatura es el arte de descubrir lo extraordinario de la gente corriente y decir cosas extraordinarias con palabras habituales.

Boris Pasternak

de La energía de los esclavos




Bienvenida a estas líneas.
Hay una guerra en marcha
pero trataré de que te encuentres a gusto.
No sigas mi conversación
es sólo nerviosismo.
No hice el amor contigo
cuando éramos estudiantes del Este.
Desde luego que la casa está cambiada,
el pueblo será ocupado dentro de poco.
He retirado todo aquello
que pudiera servir al enemigo.
Estamos solos
hasta que cambien los tiempos
y todos aquellos que han sido traicionados
regresen, como peregrinos, a este momento,
en que nos negamos a darnos por vencidos
y a llamar poesía a la oscuridad.

Leonard Cohen

Anónimo VI

(Golconde - René Magritte - 1953)

Todos me aconsejan que haga lo correcto
aunque vaya en contra de lo que yo digo y pienso
le llaman bandera a unos trapos de colores
todos la respetan, que lo haga yo me imponen. 

Con sus votos dicen elegir representantes

y en el pueblo se caga la clase gobernante
yo no creo en vos, no creo en mi, no creo en nada
no creo ni siquiera en lo que dicen mis palabras.

Ustedes se rien de mi, porque yo soy diferente

yo me rio de ustedes porque son todos muy iguales.

Para mi existe lo que llaman raza humana

y no la divido en raza negra roja o blanca
nunca subestimo a nadie en su inteligencia
por cuan vieja o nueva lleva hoy su vestimenta.

Ustedes rechazan al que ama diferente

y se ponen limites hasta en lo que sienten
ustedes apoyan siempre a la mayoria
si muchos comen mierda como tontos los imitan.

Ustedes se rien de mi, porque yo soy diferente

yo me rio de ustedes porque son todos muy iguales. 

(Desconozco realmente su verdadero autor)

Esto no es una elegía - Fragmento



Tú me recuerdas el prado de los soñadores
el muro que nos separa del mar, si es de noche
tú me recuerdas sentada, ciertos sentimientos
qué nunca se sabe que traen en las alas
si vivos o muertos si vivos o muertos.

Esto no es una elegía, ni es un romance, ni un verso
más bien una acción de gracias
por darle a mis ansias razón para un beso
una modesta corona encontrada en la aurora.

Tú me recuerdas el mundo de un adolescente
un seminiño asustado, mirando a la gente
un ángel interrogado, un sueño acostado
la maldición, la blasfemia de un continente
y un poco de muerte y un poco de muerte.

Silvio

Nocturno



Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.

Siento esta noche heridas de muerte las palabras.

Rafael Alberti

domingo, 4 de noviembre de 2012

El encuentro

Dos puntos que se atraen no tienen por qué elegir forzosamente la recta. Claro que es el procedimiento más corto. Pero hay quienes prefieren el infinito.

Juan José Arreola


Dolina y la tristeza


Cuánto más inteligente, profunda y sensible es una persona, más probabilidades tiene de cruzarse con la tristeza.

El Libro del Fantasma - Dolina