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domingo, 29 de enero de 2012

A tí



A ti te escribo, sí, a ti, al que hay detrás
de esa aterrada mirada,
a ti que hiciste reino y lecho
de la inmundicia del vivir,
al que traza malformadas realidades
con la dureza que te supone un simple amanecer,
a ti que hiciste de la rutina un de vez en cuando
y de la tristeza un guijarro en el bolsillo,
tú que borraste eslabones y cerrojos
mereces verbo, verso y beso,
a ti que te taladró el despecho,
que te desconchó el querer la pared del miedo
dejando a la vista infinitas tormentas de luz y vida,
tú tendrás más que tinta, tendrás recuerdo.

Kutxi Romero - León manso come mierda

El cuervo - Fragmento


¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva
sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas
si en el remoto Edén tendrá en sus brazos
a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos
a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!
Y el cuervo dijo: Nunca más.

Poe.

Wish you were here


Cuanto deseo, cuanto deseo que estuvieras aquí.
Solo éramos dos almas perdidas
nadando en una pecera, año tras año,
corriendo siempre sobre el mismo viejo camino.
¿Qué es lo que hemos encontrado?
Los mismo temores de siempre
Cuanto deseo que estuvieras aquí.

sábado, 28 de enero de 2012

Pasaporte a la ceniza - Fragmento



Se me hace imperativo irme de ti,
darme todo al viaje sin regreso
y huir nuevamente del pan
y huir del mar,
del aguacero, de los nombres,
las ausencias, las promesas
y aunque no sepa de qué huyo,
si es de ti o del miedo de quererte
si es de mi o del miedo
de dolerme y de dolerte
huyo del agüero sentencioso
de la pena del silencio,
huyo de la posibilidad de ver espaldas
porque eso son las despedidas,
un desfile de espaldas que se alejan.

Angel Antonio Ruiz.

Ser cronopio desgarra. Siempre.


No es fácil ser cronopio. Lo sé por razones profundas, por haber tratado de serlo a lo largo de mi vida; conozco los fracasos, las renuncias y las traiciones. Ser fama o esperanza es simple, basta con dejarse ir y la vida hace el resto. Ser cronopio es contrapelo, contraluz, contranovela, contradanza, contratado, contrabajo, contrafagote, contra y recontra cada día contra cada cosa que los demás aceptan y que tiene fuerza de ley.

Julito.

jueves, 26 de enero de 2012

Hurt


Más allá de las manchas del tiempo
los sentimientos desaparecen
vos sos otra persona,
yo sigo aquí mismo.
¿En qué me he convertido,
mi más dulce amiga?
Todos los que conocía
al final ya se han marchado.

martes, 24 de enero de 2012

Con esta sola boca, en este mundo

Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía.
Hemos ganado. Hemos perdido, porque ¿cómo nombrar con esa boca, cómo nombrar en este mundo con esta sola boca, en este mundo con esta sola boca?

Olga Orozco

El paraíso imperfecto

Es cierto, dijo melancólicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno-; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que desde allí el cielo no se ve.
 
Augusto Monterroso

Hija del viento


Han venido. Invaden la sangre.
Huelen a plumas, a carencias, a llanto.
Pero tú alimentas al miedo y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas como la serpiente
loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

Alejandra

Sabines y el destino


Cuando escribo, lo único que sé es que sufro de dolor, de esperanza, de alegría; sé que estoy sufriendo y que necesito decirlo.
Mi necesidad de escribir es todo, pero nunca miedo.

La poesía es un destino. Algo que se hace fundamentalmente con palabras, con emociones, con sentimientos.


Jaime Sabines.

El coleccionista de recuerdos


El día que esos ojos negros de gato a medianoche, amarillos y de oscuros y perversos brillos me miraron desafiantes saliendo del hampa, supe que eran esos y no otros los que alguna vez había soñado encontrar.
Si existía una razón para que la inocencia dejara de ser, para anhelar mancharse de noche, eran unos ojos como esos que en sueños me miraron una vez y se escondieron en la sombra.
Cada noche regresé esperando encontrarlos de nuevo, y cada noche eran distintos, eran de otro los dientes y los mordiscos. Caminé vagabundo y errante por las sombras y parajes desiertos donde la luz no se atrevía a llegar. Conocí la maldad y a monstruos de monstruosas mutaciones. Besé tentáculos y cuernos, ponzoñas y aguijones, bebí venenos dulces y amargos y fui mas allá, al limite, donde ya no se puede asegurar si la vida ha dejado de ser realidad para convertirse en sueño, o si el purgatorio y el infierno se encuentra a unos pocos metros del centro, pero de noche.

Daniel Pit.

A ti - Fragmento



Quienquiera que seas, sospecho con temor que caminas por los senderos de los sueños. Temo que estas realidades ilusorias se desvanezcan bajo tus pies y entre tus manos.

Quienquiera que seas, pongo sobre ti mis manos para que seas mi poema...

Walt Whitman

Rayuela - Capítulo 18


Llevarse de la mano a la Maga, llevársela bajo la lluvia como si fuera el humo del cigarrillo, algo que es parte de uno, bajo la lluvia...

Julio.

El amor en tiempos de cólera - Fragmento

Alguna vez él le había dicho algo que ella no podía concebir: los amputados sienten dolores, calambres, cosquillas, en la pierna que ya no tienen. Así se sentía ella sin él, sintiéndolo estar donde ya no estaba...

Gabriel José de la Concordia García Márquez

viernes, 20 de enero de 2012

Los caminos de la libertad II - El aplazamiento

Se sentía siniestro y ligero; estaba desnudo, se lo habían robado todo. Ya no tengo nada mío, ni siquiera mi pasado. Pero era un pasado falso y no lo lamentó. Pensó: me han desembarazado de mi vida. Era una vida mísera y frustrada, Marcela, Ivich, Daniel, una sucia vida, pero todo me da lo mismo ahora, puesto que está muerta. A partir de esta mañana, desde que habían pegado esos carteles blancos en las paredes, todas las vidas están frustradas, todas las vidas están muertas. Si hubiera hecho lo que quería, si hubiera podido una vez, una sola vez ser libre, bueno, pues hubiera sido igualmente un sucio engaño porque yo hubiera sido libre en la paz, en esa paz engañosa y ahora estaría aquí igualmente frente al mar, apoyado en esta balaustrada, con todos los carteles blancos a mi espalda; todos esos carteles que hablan de mí, en todas las paredes de Francia, y que dicen que mi vida está muerta y que jamás ha habido paz: no valía la pena haberme afanado tanto, no valía la pena haber tenido tantos remordimientos.

 Sartre.

El hombre misterioso

jueves, 19 de enero de 2012

Existir



A veces me doy cuenta de que existo
los síntomas son claros / gozo o peno
el firmamento pasa tan compacto
y lo percibo siempre diferente,
aporto mis preguntas sin respuesta
y me lleno de dudas siempre vivas
mientras dude yo sé que estoy viviendo
con paciencia y a veces con penuria,
algo se mueve en mis creencias
en mis amores y en mis odios
mis manos ya no pueden estar quietas
intentan apresar todo el misterio
pero el misterio es también olvido
todo pasa en la noche todo pasa
pero yo sé que existo
por ahora.

Benedetti.

martes, 17 de enero de 2012

de Ochenta Poemas Incurables


Perdona este final.
Ya sabes que en la vida
sobran siempre las últimas escenas.


La última hora de una noche de amor.
El último día de un viaje.
La última carta.
La penúltima copa.
Perdona este final.


Llueve,
me odias,
los bares cierran.

Fernando Beltrán

De un audio de Jorge Lanata.

¿Encontraré a la Maga? Hiciste con nosotros algo que no se hace, nos mostraste la mujer ideal. Después de eso todos buscamos a la Maga en Paris o en Sarandieu, haciendo huevos fritos, escuchando a Charlie Parker, haciendo el amor en una cama rodeada de libros, plumas de gallina, un perro, ollas sucias, decenas de vasos con puchos apagados, un tratado sin abrir de Masters y Jonhson.
¿Encontraré a la Maga? Vos nos dijiste Julio que podíamos encontrarla, no buscarla, que la Maga iba a aparecer sin necesidad de una cita, que la misteriosa ecología de la ciudad iba a juntarnos. Por tu culpa, Julio, las parejas salen separadas a encontrarse, la ciudad está cubierta de personas con aire desconcentrado que cabecean como un boxeador después de un golpe, que espían en las esquinas buscándola a Ella...
Te metiste en la vida, no pasa un solo embotellamiento en que no recuerde la autopista del sur; frente a cualquier discusión, particularmente las discusiones tontas, la memoria me dicta elecciones insólitas... ¿Te acordás? A uno le piden que elija y le dan un calentador Primus, una banana, una rubia de costumbres elásticas.
Para desconcierto de la población y del obispo local nos quedamos con la banana. Me aterra tu posibilidad de vomitar conejitos a la mañana: Julio, ya es suficiente que a la mañana el sueño duele en los ojos o el meo se resista a salir. No puedo perdonarte lo de los conejitos. Tampoco lo del límite. Yo vivía tranquilo imaginando esa pared, no tenías que decirme que la pared era una soga que se podía saltar, en ese ring los contornos se pierden, la conciencia se pierde. Vivíamos tranquilos en nuestro metro cuadrado hasta que apareciste. “El hombre más alto del mundo” como escribió alguna vez García Márquez, con los ojos separados como los de un novillo, el brazo en alto señalando hacia allá, hacia allá, a la conciencia, a la soga, a lo extraordinario, lo extraordinario saltándonos encima como un gato, al miedo y a la risa, Julio, Julio...
Es natural que interpretes esto como un reproche. Yo quería ser feliz, hacer asados, mirar como despegan los aviones en el aeroparque, no necesitar a la Maga, no plantearme siquiera si la vida tiene más de una dirección: tiene una sola, y es el futuro, no hay dos futuros, hay el mío, no hay conejitos en la garganta, no hay instrucciones para subir una escalera. Yo quería ser feliz, imaginarme hasta acá, no hasta allá, no a donde nunca podré llegar, sacudirme la libertad como una araña del pantalón. Tirarme la araña a la cabeza, eso hiciste. Pelo de araña, mi cabeza se mueve lentamente, nunca sé en que puede terminar, volverme cursi y niño, abrirme a la confusión. Te imagino cada vez que miro por la ventana, o por un tunel o por un ojal, sé de memoria que podés estar en cualquier sitio, ahora mismo cagándote de risa.

lunes, 16 de enero de 2012

Bolero - Fragmento


Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta

que me des todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme

tenía que mirarte.

Julio.

¿Cosecha de la nada?


Hay quienes imaginan el olvido
como un depósito desierto,

una cosecha de la nada y sin embargo
el olvido esta lleno de memoria.


Mario Benedetti.

Tu rostro mañana - Fiebre y Lanza

¿Qué mayor desgracia para mí que recordar tu nombre? ¿O reconocer tu rostro mañana?
(Enrique IV, segunda parte, acto II, escena II)

No debería uno contar nunca nada, ni dar datos ni aportar historias ni hacer que la gente recuerde a seres que jamás han existido ni pisado la tierra o cruzado el mundo, o que sí pasaron pero estaban ya medio a salvo en el tuerto e inseguro olvido.

Hablan los libros en mitad de la noche como habla el río, con sosiego o desgana o la desgana la pone uno con su propia fatiga y su propio sonambulismo y sus sueños, aunque esté o se crea muy despierto.

Javier Marías.

Cien años de soledad o la ruta del realismo mágico.


Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. 

Gabriel García Márquez. 

En el desierto

En el desierto
vi una criatura,
desnuda, bestial,
que en cuclillas sobre el piso,
sujetaba su corazón
con sus manos
y comía de él.
Dije: "¿Está bueno, amigo?
"Es amargo, amargo," contestó.
"Pero me gusta porque es amargo
y porque es mi corazón."

Stephen Crane.

Penúltima palabra

Dentro de poco moriré.
El zafarrancho de mi vida
toca a su fin. El alma está partida,
y el cuerpo a punto de partir. Lo sé.

Amé la vida, sin embargo.
Bien sabes tú que la amé mucho.
Aunque me expulsen de la vida, lucho
aún. Ancho el amor y el dolor largo.

Veo los ríos, me conmueven.
Contemplo un árbol, quedo absorto.
El mar inmenso me parece corto
de luces frente a muertos que se mueven.

He caminado junto al hombre.
Participé sus arduas luchas.
Muchos han sido los fracasos; muchas
más las conquistas que no tienen nombre.

Dentro de poco moriré.
Aqui esta todo mi equipaje.
Cuatro libros, dos lápices, un traje
y un ayer hecho polvo que aventé.

Esto fue todo. No me quejo.
Sé que he vivido intensamente.
(Demasiado intensamente). Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.


Blas de Otero.

El libro de los seres imaginarios - Fragmento


En aquel tiempo, el mundo de los espejos y el mundo de los hombres no estaban, como ahora, incomunicados. Eran, además, muy diversos; no coincidían ni los seres ni los colores ni las formas. Ambos reinos, el especular y el humano vivían en paz; se entraba y se salía por los espejos. Una noche, la gente del espejo invadió la tierra. Su fuerza era grande, pero al cabo de sangrientas batallas las artes mágicas del Emperador Amarillo prevalecieron. Éste rechazó a los invasores, los encarceló en los espejos y les impuso la tarea de repetir, como en una especie de sueño, todos los actos de los hombres. Los privó de su fuerza y de su figura y los redujo a meros reflejos serviles. Un día, sin embargo, sacudirán ese letargo mágico. El primero que despertará será el Pez. En el fondo del espejo percibiremos una línea muy tenue y el color de esa línea será un color no parecido a ningún otro. Después, irán despertando las otras formas. Gradualmente diferirán de nosotros, gradualmente no nos imitarán. Romperán las barreras de vidrio o de metal y esta vez no serán vencidas.
.
Jorge Luis Borges.

Rimbaud o el tormento del poeta


El poeta se hace visionario a través de una larga, ilimitada y sistemática desorganización de todos los sentidos. todas las formas del amor, del sufrimiento, de la locura, las busca en sí mismo, agota en su interior todos los venenos y conserva su quintaesencia... ¿Qué importa entonces si se destruye en su vuelo extático por lo desconocido y lo inenarrable?

Rimbaud.

La Llorona (bso de la película Frida)

Doña Chavela encarnando a la Muerte.


sábado, 14 de enero de 2012

En estos días


En estos días, todo el viento del mundo
sopla en tu dirección
La osa mayor corrige la punta de su cola
Y te corona con la estrella que guía: la mía.


Los mares se han torcido con no poco dolor
hacia tus costas
La lluvia dibuja en tu cabeza

la sed de millones de árboles
Las flores te maldicen muriendo, celosas.


En estos días no sale el sol, sino tu rostro.

Silvio.

sábado, 7 de enero de 2012

Tristes guerras


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.


Miguel Hernandez

Silencio


Yo que crecí dentro de un árbol 
tendría mucho que decir, 
pero aprendí tanto silencio
que tengo mucho que callar
y eso se conoce creciendo
sin otro goce que crecer,
sin más pasión que la substancia,
sin más acción que la inocencia,
y por dentro el tiempo dorado
hasta que la altura lo llama
para convertirlo en naranja.

Pablo Neruda

martes, 3 de enero de 2012

Angel para un final

Ahora comprendo
cuál era el ángel
que entre nosotros pasó.
Era el más terrible,

el implacable, el más feroz.
Ahora comprendo en total

este silencio mortal.
Angel que pasa,

besa y te abraza
Angel para un final.

Silvio.

Los amantes

¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano:
algo habla entre sus dedos,
lenguas dulces
lamen la húmeda palma
corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.

Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped,
hacia puertos que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.

Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.

Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.

Julio.

lunes, 2 de enero de 2012

Che Comandante, amigo.

Porque esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente.

…y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

La revolución no se tiene en los labios para vivir de ella, la revolución se lleva en el corazón para morir por ella.

Rayuela - Capítulo 7


Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio.

domingo, 1 de enero de 2012

El espejo



Yo, de niño, temía que el espejo
me mostrara otra cara
o una ciega máscara impersonal que ocultaría
algo sin duda atroz. Temí asimismo
que el silencioso tiempo del espejo
se desviara del curso cotidiano
de las horas del hombre
y hospedara en su vago confín imaginario
seres y formas y colores nuevos.
(A nadie se lo dije; el niño es tímido)
Yo temo ahora que el espejo encierre
el verdadero rostro de mi alma,
lastimada de sombras y de culpas,
el que Dios ve y acaso ven los hombres.

Borges.