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miércoles, 31 de agosto de 2011

Espero alegre la salida y espero no volver jamás - Frida

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón (1907-1954)

Todo tú en el espacio lleno de sonidos. En la sombra y en la luz. Tú te llamarás Auxocromo, el que capta el color. Yo Cromoforo, la que da el color.
Tú eres todas las combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea la forma el movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz.
(Carta de Frida Kahlo a Diego Rivera)

Su obra es ácida, tierna y dura como el acero. Fina como el ala de una mariposa, amable como una sonrisa y cruel como la amargura de la Vida… Verán, yo no creo que ninguna mujer haya plasmado jamás tan angustiosa poesía en un lienzo.
(Diego Rivera)

domingo, 28 de agosto de 2011

Fervor de Buenos Aires - Fragmento


Entre mi amor y yo
han de levantarse
trescientas noches
como trescientas paredes
y el mar será una magia
entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...


Jorge Luis Borges (1923)

Rezső Seress o de porqué se suicidan los poetas.

Domingo triste - Fragmento.

Mi cora­zón y yo hemos deci­dido que se acabe todo.
Pronto habrá velas y ora­cio­nes tris­tes lo sé.
Déja­los, que no haya lágri­mas,

déja­los que sepan que estoy contento de ir.

Pianista y compositor autodidacta húngaro, Rezső Seress escribió esta canción en 1933, en una época en la que la situación de Hungría se tornaba cada vez más intolerante y racista, en su caso agravado por su condición de judío. Cuenta la historia que la escribió en una tarde lluviosa de domingo en París. Pronto se ganó la infamia de ser "la canción húngara del suicidio", ya que, según una leyenda urbana, inspiró una serie de suicidios de personas que la escucharon. En 1940 Hungría se une a las potencias del Eje y aún teniendo oportunidad de escapar del régimen fascista Seress no huyó a Occidente, aludiendo que ningún poeta puede dejar su tierra. Pese a todo esto sobrevivió a los campos de concentración y al Holocausto. Treinta y cinco años más tarde se suicidó saltando desde la ventana de su apartamento en su Budapest natal.

Tréboles

Cada vez que me despierto
mi boca vuelve a tu nombre
como el marino a su puerto.
Este volver a empezar
cada jornada sin tí,
esta sensación de mar
que navego y ya perdí...

Gentes que me son extrañas:
que me creen solo
sin ver que tú me acompañas.

Ya te lo decía yo.
Era imposible el olvido.
Fuimos verdad. Y quedó.

Jorge Guillén.

El deber del poeta


No podemos vivir eternamente rodeados de muertos y de muerte. Y si todavía quedan prejuicios hay que destruirlos.
El deber, digo bien, "El Deber" del escritor, del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro, una revista de los que ya nunca más saldrá, sino al contrario: salir afuera para sacudir, para atacar al espíritu público si no ¿para qué sirve? ¿y para qué nació?

Antonin Artaud.

El miedo (de El libro de los abrazos)


 
Una mañana, nos regalaron un conejo de Indias. Llegó a casa enjaulado. Al mediodía, le abrí la puerta de la jaula.

Volví a casa al anochecer y lo encontré tal como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad.


Eduardo Galeano.

Rayuela Capítulo 142 - Fragmento


Una noche subí a mi taller, la encontré delante de un cuadro terminado esa mañana. Lloraba como lloraba ella, con toda la cara, horrible y maravillosa. Miraba mi cuadro y lloraba. No fui bastante hombre para decirle que por la mañana yo también había llorado. Pensar que eso le hubiera dado tanta tranquilidad, vos sabés cuánto dudaba, cómo se sentía poca cosa rodeada de nuestras brillantes astucias.


Julito.

martes, 23 de agosto de 2011

Yo no soy yo

Yo no soy yo.
Soy este que va a mi lado sin yo verlo
que a veces voy a ver,
y que a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.

Juan Ramón Jimenez.

lunes, 22 de agosto de 2011

Declaración

Declaro el estado de felicidad permanente y el derecho de cada uno a todos los privilegios.
Digo que el sufrimiento es sacrílego cuando hay para todos rosas y pan blanco.
Discuto la legitimidad de las guerras, la justicia que mata y la muerte que castiga, las conciencias que duermen en el fondo de su cama, la civilización en el brazo de mercenarios.
Veo morir a este siglo que envejece.
Un mundo diferente renacerá de sus cenizas
pero no es suficiente esperarlo:
lo esperé demasiado. Lo quiero ahora.

Georges Moustaki.

Alguien me preguntó



Alguien me preguntó que es la poesía.
Yo me di un respiro muy hondo,
casi hasta la asfixia.
Un aire, un aire, un aire nuevo,
no para respirarlo, sino para vivirlo.
De eso se trata.

Gonzalo Rojas

Palabras que esperan

Somos el borrador de un texto que nunca será pasado en limpio.
Con palabras tachadas,
repetidas, mal escritas
y hasta con faltas de ortografía.
Con palabras que esperan,
como todas las palabras esperan, pero aquí abandonadas,
doblemente abandonadas
entre márgenes prolijos y yertos.
Bastaría, sin embargo,
que este tosco borrador
fuera leído una sola vez en voz alta,
para que ya no esperásemos más
ningún texto definitivo.

Roberto Juarroz.

Dios según Baudelaire

Dios es el único ser que para reinar no tuvo ni siquiera necesidad de existir.

Charles Baudelaire.

domingo, 21 de agosto de 2011

Severino Tormes o de porqué se suicidan los poetas

Tengo la sensación de haber vivido absolutamente en vano. ¿De qué me han servido los libros, la música, el amor, la poesía? Una amarga carcajada contra un árbol y otra eterna en el infierno.

Ultima entrada que escribió en su diario este poeta de Salamanca, el mismo día que termina estrellando su auto en una curva de la carretera en noviembre de 1980.

Storni - Fragmento

...y usó tantas identidades secretas
que olvidó el secreto
de sus huesos de pájaro
Todo últimamente me vuela,
es que todo me suena
a epitafio, a hueso, a secreto.

Todo cuanto buscó
fue el calor de los otros
que son el infierno verdadero.


Francisco J. Casado.

La gran rueda - Fragmento

Tenías miedo a nacer y ahora tienes miedo de morir.
Tienes miedo de todo.
No hay que tener miedo.
Es sólo que hay una gran rueda que gira. Se llama Eternidad.
Yo hago girar la gran rueda.
No debes tener miedo de mí.
Ni de la gran rueda.
Lo único que puede dar miedo, que puede hacer daño, es la vida y tú ya la conoces.

 
Agota Kristof.

sábado, 20 de agosto de 2011

La noche de los cincuenta libros - Fragmento

Y escribiré libros. Libros que paralizarán de terror a los hombres que tanto me odian; que les menguarán el apetito; que les espantarán el sueño; que trastornarán sus facultades y les emponzoñarán la sangre. Libros que expondrán con precisión inigualable lo grotesco de la muerte, lo execrable de la enfermedad, lo risible de la religión, lo mugroso de la familia y lo nauseabundo del amor, de la piedad, del patriotismo y de cualquiera otra fe o mito. Libros, en fin, que estrangulen las conciencias, que aniquilen la salud, que sepulten los principios y trituren las virtudes.

Francisco Tario.

Encuentro

Alguien entra en el silencio
y me abandona.
Ahora la soledad no está sola.
Tú hablas como la noche.
Te anuncias como la sed.


Alejandra.

El Cuervo

"Mira chico, aparta esa pistola. Las balas no me detienen, las navajas no me hieren. Mira... ¡Mírame! Soy el error del piloto, soy la malformación del feto, soy el cromosoma aleatorio. Soy la más completa y total locura. Soy el miedo..."

James O'Barr

viernes, 19 de agosto de 2011

La pena de muerte

Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primera piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos.
Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.
Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.
Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.
Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la Justicia.
Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.
Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.
Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.
Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.
Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.
Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.
Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.
Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común.
A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable. Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar. Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.


María Elena Walsh.

Triste o buena

Amar sin nadie
vaya cosa triste
sin nada que abrazar
ni Eva que nos abrace.

Buscar en la memoria de la piel, la boca, la cintura, la lujuria ganada
las suaves nalgas tibias
y sólo hallar respuestas de fantasmas.

Los desaparecidos no aparecen
las voces de los árboles se apagan
quedan escombros de caricias
y con pudor nos preguntamos
¿por qué decimos tantas veces corazón?
¿será el único amigo que nos queda?
¿o será el refugio de los que queremos?

Amar con alguien/ vaya cosa buena.


Mario Benedetti.

Blade Runner


Yo he visto cosas que ustedes ni siquiera creerían. Naves ardiendo más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir. (Roy Batty)

No sé por qué me salvó la vida. Quizá en esos últimos momentos amaba la vida más de lo que la había amado nunca, no sólo su vida, la vida de todos... mi vida. Todo lo que él quería eran las mismas respuestas que todos buscamos: ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? ¿cuánto tiempo me queda?. Y todo lo que yo pude hacer fue sentarme allí y verlo morir. (Deckard)

jueves, 18 de agosto de 2011

Sin destino - Fragmento

No vi nada. El alba era fresca y perfumada, los extensos campos estaban cubiertos por una niebla gris. De repente percibí por detrás de mí, de una manera inesperada pero aguda y bien definida, como si sonara una trompeta, un fino rayo rojo; comprendí que era el sol que se levantaba. Aquél me pareció un momento magnífico: en casa a estas horas todavía estaría durmiendo. También vi, a mi izquierda, un edificio que anunciaba una estación, pequeña o grande, todavía no podía saberlo, pero una estación ferroviaria. Resultó ser un edificio minúsculo, gris y totalmente desierto, con pequeñas ventanas que estaban cerradas, y aquel techo ridiculamente escarpado que había visto el día anterior por aquellos parajes. En la niebla matinal, el edificio iba cobrando una forma cada vez más definida delante de mis ojos, su color se iba transformando de gris a violeta, y las ventanas se iluminaron de repente con los primeros rayos de la luz roja del sol. Otros también vieron el edificio, y yo se lo conté a los que estaban alrededor. Me preguntaron si veía el nombre de alguna localidad. Y sí, lo vi: eran dos palabras que a la luz del sol se distinguían perfectamente; el cartel colgaba del lado más estrecho del edificio, debajo del techo, justo enfrente de nuestro vagón: «Auschwitz-Birkenau».

Imre Kertesz

Vida - Fragmento


Que no me alcance la belleza,
que no me alcance lo impecable;
no quiero mármol pulido,
sino carne con arrugas, con estrías,
con mil marcas de expresión.
Quiero cuerpos manchados de vida,
del olor no siempre agradable de la vida,
con algún turbio charco de lágrimas
aquí y allá.

Antonio Sánchez Fernández

domingo, 14 de agosto de 2011

De cuando el mundo deja de existir


Sigo bebiendo los amargos colores de la noche que se acerca. No viendo sino imaginando en tus ojos los misterios que te pueblan, para luego poder recordarlos como lo que fueron, una furtiva esperanza, una soga salvadora. Hoy no tiembla mi mano pero sólo logro dibujar un corazón asimétrico. Quizás ya no exista cobijo que nos ayude a librarnos de esta moira, de este destino.
Camino justo donde muere la tarde. Tengo rostro y una vida fragmentada y habito en tu memoria. Ladro tu nombre colgado de los techos. Hay que gritar hasta el desmayo. Gritar tanto, que los afectos son escasos, que el silencio a veces duele, que estando con vos no quiero volver nunca a casa.
Hoy simplemente respiro tu sombra y exhalo nostalgias. A ciegas, eso sí, siempre a ciegas. Ya te irás vos a salvar el viento, pero ahora no. Ahora, en la noche cerrada, la tormenta se vuelve pasión.

Río Gallegos - Agosto de 2011

Una soledad demasiado ruidosa - Fragmento.


Hace treinta y cinco años que trabajo con papel viejo y esta es mi love story. Hace treinta y cinco años que prenso libros y papel viejo, treinta y cinco años que me embadurno con letras, hasta el punto de parecer una enciclopedia, una más entre las muchas de las cuales, durante todo este tiempo, habré comprimido alrededor de treinta toneladas. Soy una jarra llena de agua viva y agua muerta, basta que me incline un poco para que me rebosen los más bellos pensamientos, soy culto a pesar de mí mismo y ya no sé qué ideas son mías, surgidas propiamente de mí y cuáles he adquirido leyendo y es que durante estos treinta y cinco años me he amalgamado con el mundo que me rodea porque yo, cuando leo, de hecho no leo sino que tomo una frase bella en el pico y la chupo como un caramelo, la sorbo como una copita de licor, la saboreo hasta que, como el alcohol, se disuelve en mí, la saboreo durante tanto tiempo que acaba no sólo penetrando mi cerebro y mi corazón, sino que circula por mis venas hasta las raíces mismas de los vasos sanguíneos.
De esta manera, a pesar de mi mismo, me he vuelto sabio y ahora me doy cuenta de que mi cerebro es un fajo de pensamientos prensados en la prensa mecánica, mi cabeza calva es la nuez de Cenicienta, y sé bien que los tiempos en los que el pensamiento estaba inscrito en la memoria humana tenían que ser mucho más hermosos; si en aquel tiempo alguien hubiese querido prensar libros, tendría que haber prensado cabezas humanas, pero tampoco eso habría servido de nada, porque los verdaderos pensamientos provienen del exterior, van junto al hombre y por eso todos los inquisidores del mundo queman los libros en vano, porque cuando un libro comunica algo válido, su ritmo silencioso persiste incluso mientras lo devoran las llamas, y es que un verdadero libro siempre indica algún camino nuevo que conduce más allá de si mismo.


Bohumil Hrabal.

Lugar común la muerte - Prólogo


 

Hace ya tiempo descubrí, no sin sorpresa, que los azares del periodismo me acercaban con persistencia al tema de la muerte. Hacia 1965 advertí, en Hiroshima y Nagasaki, que un hombre puede morir indefinidamente, y que la muerte es una sucesión, no un fin.
No son esos conocimientos, sin embargo, los que suscitaron este libro, sino el sospechoso abuso con que la muerte me aturdía. Desde 1975, todo mi
país se transfiguró en una sola muerte numerosa que al principio pareció intolerable y que luego fue aceptada con indiferencia y hasta olvido. Así lo perdimos. Siempre creí que, entre las vanas distracciones del individuo, ninguna es tan torpe como el afán de propiedad. Somos de las pasiones, no ellas de nosotros. ¿En nombre de qué fatuidad, entonces, pretendemos ser los dueños de una cosa? Concedí que la muerte era, como la salvación o la tortura, un privilegio individual. Ahora sé que ni siquiera ese lugar común nos pertenece.


Tomás Eloy Martínez

Mandamiento

Amar a cada uno por su nombre
en un idioma impar, íntimo código
en el que cada sílaba sea un mimo.

Amar a cada cual por la manera
intrépida o celosa de apretar
el paso en la borrasca y por el cúmulo
de discapacidades que lo azoran.

Amar a cada prójimo en su fe
por la ráfaga débil que lo surca,
por sus contradicciones, sus bostezos
y el temblor de sus piernas entumidas.

Amar a contrapelo, amar a ciegas,
celebrar que tendemos hacia el otro
el pulso, sin que nadie nos lo mande.

Juan Antonio Bermúdez.

Un hombre


Soy hombre, he nacido,
tengo piel y esperanza.
Yo exijo, por lo tanto,
que me dejen usarlas.
No soy dios: soy un hombre
(como decir un alga).
Pero exijo calor en mis raíces,
almuerzo en mis entrañas.
no pido eternidades
llenas de estrellas blancas.
Pido ternura, cena,
silencio, pan y casa...
Soy hombre, es decir,
animal con palabras.
Y exijo, por lo tanto,
que me dejen usarlas.

Jorge Debravo

lunes, 8 de agosto de 2011

Dormimos solos


Ayer dormía tratando de saber
qué tipo de dolor no quiero sentir más,
cuando justamente ése, el peor,
llegó de no sé donde y me quebró,
me rompió el sueño y quedé mudo.
Dolió donde no quiero,
ya no importan ni viajes, ni jaspes, ni el color.
Son días que transcurren con Sisifo y la piedra.
Estoy aquí sentado
tratando de saber más.

Jorge Fondebrider.

De cómo perdí mi sombra.

Porque hasta mi sombra, amarga y roja, raíz y sangre, se fue tras ella. Con ella se fue cada noche, traicionera sombra. No le importó los años de mutua compañía, las horas contemplando su sonrisa de sombra a la luz del sol, al calor de la luna. Ahora te me escondes y te escapas del roce muerto de las hojas muertas, de los escombros sueltos del buen tiempo perdido, del óxido que crece en la memoria desnuda. Ya no quedan páginas en blanco. Me contagian tus versos y no perdonan, sombra. Las palabras no perdonan. Tienen cuerpo las palabras. Escrita en piedra está mi vida.

Río Gallegos - Agosto de 2011.

domingo, 7 de agosto de 2011

Soy.

Soy un sueño del ayer,
soy una humillación

que viene del pasado,
soy una equivocacion,
vergüenza de un error

que ya borró tu mano.
Soy un viento artificial,
un viento que se fue,
que se apagó en tu cielo.
Soy una vieja canción
que ya no cantará tu voz.

¡Ay! Cuánto he caminado,
para llegar a este destino tan soñado.
Vengo a buscarme a mi,
pero ya me fui.

¡Ay! Dónde habrán quedado,
las promesas de mis novias del pasado,
Soy sol que se ocultó,
en el oeste de tu corazón.

Soy en tu album familiar,
el triste colegial que nadie reconoce,
Soy, pidiendote perdon,

como una imitación
de mis antiguas voces.

Soy un miedo sin razón,
soy la confirmación

de un mal presentimiento,
soy una vieja canción

que ya no cantará, tu voz.

Tango - Letra y música: Alejandro Dolina.

La incongruencia de las palabras.


Sean cuales sean las circunstancias, las palabras ponen y quitan. Ya sean palabras habladas o las pensadas. Siempre son incongruentes, porque nunca encajan exactamente en su sitio. Por eso causan dolor las palabras y por eso también ofrecen una salvación.

John Berger.

The Sandman - Preludios y Nocturnos


Sueño: Soy un mundo en el espacio, dador de vida.
Demonio: Soy una nova que explota quemando mundos.
Sueño: Soy el Universo, abarco las cosas, abrazo la vida.
Demonio: Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo. ¿Y qué serás tú, soñador?
Sueño: La Esperanza

Neil Gaiman.

Ex inferis


Lo único que le pide a la vida es no pensar. Por alguna razón, pensar es espantoso para él, y huye como una plaga de todo lo que pueda estimular su imaginación. Es un sujeto muy flaco, gris y arrugado, aunque algunos dicen que no es tan viejo como aparenta. El miedo ha clavado en él sus truculentas garras, y cualquier sonido le hace dar un respingo, con los ojos muy abiertos y la frente cubierta de sudor.

H. P. Lovecraft

Anónimo




Puede estar Freud torturando aún el cadáver de Marylin o yo: fumando documentales en televisiones de pago o alguien: cocinando anfetaminas con cebolla o yo: mirando el cielo color electricidad. Llamarte o esperar que se produzca el milagro o sentirme menos solo de lunes a viernes o Bukowski: en la cama y borracho o Jim Morrison recitando el último poema ¿is everybody in? o tú: deshaciendo otra retina.
A mí todo eso no me da miedo. uno aprende a vivir imaginando que todo eso es posible y siempre duele menos lo que ocurre después...


(Lo encontré en un foro y mé gustó).

De la poesía



La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje los objetos

que duermen en la playa.

José Hierro.

Palabras al hijo futuro - Fragmento

Hijo, tu voz irá sobre las noches puras
recogiendo el temblor de las altas espigas.
Se curvarán en tí las canciones maduras.
Conducirán los vientos la palabra que digas.
El mundo se hará luz en tus pupilas, hijo
y este rumor que llevo de vuelos y colmenas,
irá, como la sombra azul de un crucifijo,
sobre la ramazón florida de tus venas.
Hijo, retoño puro y almohada de mi muerte,
flecha que se escapó de mi arco hacia el futuro,
yo lo daría todo para formarte fuerte.
Perdóname, hijo mío, si eres triste y oscuro
Perdóname si tu alma continua las voces
que en mí nacen y caen como alas vencidas.
Si algún día tienes pena por lo que no conoces
es que te están doliendo mis heridas.
No quisiera traer tu sollozo a la vida.
Y en la mirada de ella te siento ya venir,
eres como una dulce música conocida
sobre los ventanales claros del porvenir
Hijo, cuando se cierren los ojos de tu padre
¿por que ruta irá tu flauta aventurera?
Tu recuerdo será suavidad en la tarde
y lágrima en la fiesta del huerto en primavera.
Oscar Castro.

Lo que no me enseñaste - Fragmento

Para llegar donde estás me detengo,
soy tan libre que no preciso
ni tan siquiera la vida,
estoy tan encadenado
que al perderte me he perdido,
y como no puedes volver
me marcho para no volver.

PD: Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo.

José Ramón Marcos Sánchez.

Opiniones



Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien.

Un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal.

Un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.


Juan Gelman.