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domingo, 7 de noviembre de 2010

No soy de aquí, ni soy de allá (Intro)

Me gustan los que se callan y me gustan los que cantan.
Y de tanto andar conmigo me gusta lo que me pasa.
Me pasan cosas como esta, aunque no tenga importancia

andar contándole a todos todas las cosas que pasan.
Porque uno no vive solo y lo que a uno le pasa

le está sucediendo al mundo; única razón y causa.
Pues todito es tan perfecto porque perfecto es Dios
que se mueva alguna estrella cuando arranco una flor.
Por eso si hay uno... hay dos.
Supe del diablo la noche que al hambriento dije “no”
también esa noche supe que el diablo es hijo de Dios.
Ando solo por la vida con un tono y dominante

modestamente cantor sin pretensión de enseñar
porque si el mundo es redondo no sé que siga delante.
Andar y andar siempre andando nada más que por andar.
No vine a explicar al mundo, solo lo vine a tocar
No quiero juzgar al hombre, al hombre quiero contar
mi condición es la vida y mi camino cantar,
cantar y contar la vida, es mi manera de andar.
Un día llegué a Tandil y conocí a un anciano
que a falta de inteligencia, se le dió por ser muy sabio.
Le pregunté por Jesús una noche al lindo viejo
y ahí mismo lo conocí; cuando me alcanzó un espejo.
Yo bailo con mi canción y no con la que me tocan,.
yo no soy la libertad... pero si el que la provoca.
Si ya conozco el camino pa' que voy a andar al costado,
si la libertad me gusta pa' que voy a vivir de esclavo
elegir yo siempre elijo más que por mi por mi hermano
y si he elegido ser águila fue por amor al gusano.
Prefiero seguir a pie y no en caballo prestado
alguien por una manzana pa' siempre quedó endeudado.
Siempre se llega primero el que va más descargado.
El día que yo me muera no habrá que usar la balanza
pues pa' velar a un cantor con una milonga... alcanza
Doy la cara al enemigo, la espalda al buen comentario
porque el que acepta un halago empieza a ser dominado.
El hombre le hace caricias al caballo... pa' montarlo
Perdón si me propasé y me puse moralejo
nadie puede dar consejos, no hay hombre que sea tan viejo.

Me pongo el sol al hombro y el mundo es amarillo.
Me gusta andar pero no sigo el camino,
pues lo seguro ya no tiene misterio.
Me gusta ir con el verano muy lejos,
pero volver donde mi madre en invierno
y ver los perros que jamás me olvidaron y los caballos...
y los abrazos que me dan mis hermanos.
Me gusta... me gusta... me gusta...



Facundo Cabral.

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