Y ahora por fin puedo entender, que la eternidad duraba el tiempo que vos estabas conmigo...
Qué importa el pasado y qué sabemos del futuro. Solo importa que cada vez que despierto es hoy y ahora.
Llovía ese día y llovió el día siguiente y llovió el día después. Y llovió como si el cielo entero llorara por ella. Nadie, nadie puede dar tanto amor sin que algún día, un día cualquiera, se le destroce el corazón.
Era el tiempo de una época mejor. Cuando sentía el día amanecer en mi espalda, la lengua del sol lamiéndome el sueño. Saber que existía solo porque recordaba algo parecido a una vida. Y vos... hace ya tiempo te veo a vos al final de ese camino.
El sol del nuevo día y la voluntad inquebrantable del hombre siempre nos recuerdan que es hora de ponerse de pie.
Y es en esas madrugadas de naufragio cuando escribo vigilado por la luna.
Siempre te voy a contar verdades a medias. Pero nunca voy a mentirte.
El corazón es un dictador feroz y despiadado. No luches más contra él, déjalo reinar.
Nunca te buscaré en otro cuerpo.
Río Gallegos - Junio 2011
Me re gusto....!
ResponderEliminar"El sol del nuevo día y la voluntad inquebrantable del hombre siempre nos recuerdan que es hora de ponerse de pie".