Estoy hablando de la belleza, de la capacidad de dejarnos herir por ella.
¿La belleza? Quién nunca ha fantaseado con la propia muerte es incapaz de dejarse herir por la belleza. La belleza y la muerte. Tiene sentido. Nada lo tiene. Pero resulta alentador pensar lo contrario.
La belleza, el modo de apreciarla o de vivirla, dependiendo de la edad. Al principio identificamos belleza y alegría, pero con el paso del tiempo la cosa cambia. Después no resulta complicado escribir en una misma frase las palabras ¨muerte¨ y ¨belleza¨. Será porque cerca del final, me refiero al final de algo que creímos importante, agudizamos nuestra capacidad perceptiva.
Javier Cánaves
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