Seguramente será como ahora. Estaré despierto, caminaré arriba y abajo por el pasillo. Como un minero que surge de un pozo, me subirá desde el silencio de toda la casa, brusco, el ronquido del ascensor. Me detendré a escuchar el abofetear de puertas de metal y los pasos en el rellano y adivinaré el instante en que empezará a temblar la angustia del timbre. Sabré quiénes son. Les abriré enseguida. Todo perdido. Que entren éstos, a quienes tendré que decirles todo.
En la caverna de la soledad Acrílico de Cecilia Valadez |
Gabriel Ferrater
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