Seguidores

Nos mudamos de espacio. Enlace permanente a nuestro espacio menor.

miércoles, 29 de enero de 2014

Viático

El hombre que camina a lo largo del muro sin saber qué es la vida, no se detiene para que se lo expliquen, mariposa o hierba. Tampoco entrada la noche desconoce llegado el momento del reposo, ni viste pesada ropa en verano ni se despoja de ella en invierno. Cuando la sed lo atenaza bebe para calmarla. El hombre que camina a lo largo del muro si encuentra a la muerte la ignora e ignorándola por siempre jamás, termina por perderse en ella.

Maria Venezia

martes, 28 de enero de 2014

Las Crónicas Nemedias

Sabed, oh principe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades y los años de aparición de los hijos de Aryas, hubo una edad no soñada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas: Nemedia, Ophir, Brythunia, Hyperbórea, Zamora, con sus mujeres de cabellos negros y sus torres de terrorifico misterio; Zingara, con sus caballeros; Koth, que hace frontera con las tierras de pastos de Shem; Estigia, con sus tumbas guardadas por sombras; Hyrkania, cuyos jinetes vestían acero, seda y oro. Pero el más orgulloso reino del mundo es Aquilonia, que reina suprema en el dormido occidente.


Y aqui llegó Conan, el cimmerio, cabello negro, adustos ojos, espada en mano, ladrón, asaltante, asesino, de grandes tristezas y grandes alegrías, preparado para pisotear, con sus pies calzados con sandalias, los enjoyados tronos de la Tierra.

Robert E.Howard



A aquellos que son seguidores de Juguetes Perdidos seguramente les sorprenderá el contenido del post pero, tras un terrible ataque de maravillosa nostalgia, este épico personaje no podía dejar de faltar. Recuerden que toda la magia reside en los muchos mundos de la fantasía.

domingo, 26 de enero de 2014

Libro del frío - Fragmento

Expectation - Slawek Gruca
Tu nombre fue sólo viento en los labios de los suicidas. Tu rostro fue labrado por la lluvia: sobre la ciega máscara aparecían surcos miserables y párpados y una boca amarilla, pero siguió lloviendo y, un instante, bajo las hebras transparentes, tu rostro fue posible y su belleza se confundía con la luz, pero siguió lloviendo y se perdió como la tierra desgastada por el llanto.
Indescifrables son tu nombre y tu rostro; quizá no has existido, sin embargo, has llegado a la vejez y haces gestos impuros, también indescifrables.

Antonio Gamoneda

Ulysses - Fragmento

Arte de Zdzisław Beksiński
Un dolor, que no era todavía el dolor del amor, le roía el corazón. Silenciosamente, ella se había acercado en un sueño después de morir, con su cuerpo consumido, en la suelta mortaja parda, oliendo a cera y palo de rosa. Su aliento, inclinado sobre él, mudo y lleno de reproche, tenía un leve olor a cenizas mojadas. A través de la bocamanga deshilachada veía ese mar saludado como gran madre dulce por la bien alimentada voz de junto a él.

Jamer Joyce

Las inquietudes de Shanti Andía - Fragmento

Iris Degregorio
Proyecto Formato Negro
Río Gallegos 2013
Debe ser grande el asombro de esos hombres discretos, previsores y sensatos al ver a muchos que sin preocuparse gran cosa por las revueltas del camino van llevados en alas de la suerte por iguales derroteros que ellos, y que tienen, ¡los insensatos!, además de la satisfacción de conseguir un fin, cuando lo consiguen, el placer de mirar a un lado y a otro de su ruta y de ver cómo sale el sol y se pone el sol, y cómo brotan las estrellas en el cielo de las noches serenas. La preocupación por conseguir un fin nos intranquiliza a todos los hombres, aun a los más desaprensivos, aun a los más indolentes, y yo, por mi parte, hubiera deseado vivir todavía más en cada hora, en cada minuto, sin la nostalgia del pasado ni la ansiedad por el porvenir.
 
Pío Baroja

Yo no me río de la muerte

Yo nunca me río de la muerte. Simplemente sucede que no tengo miedo de morir entre pájaros y arboles.
Yo no me río de la muerte. Pero a veces tengo sed y pido un poco de vida, a veces tengo sed y pregunto diariamente y como siempre sucede que no hallo respuestas sino una carcajada profunda y negra. Ya lo dije, nunca suelo reir de la muerte, pero sí conozco su blanco rostro, su tétrica vestimenta.
Yo no me río de la muerte. Sin embargo, conozco su blanca casa, conozco su blanca vestimenta, conozco su humedad y su silencio. Claro está, la muerte no me ha visitado todavía y uds. preguntarán ¿qué conoces? No conozco nada. Es cierto también eso. Empero, sé que al llegar ella yo estaré esperando, yo estaré esperando de pie o tal vez desayunando. La miraré blandamente (no se vaya a asustar) y como jamás he reído de su túnica, la acompañaré, solitario y solitario.
 
Javier Heraud, 1942-1963

Como un dolor de muelas

Como si llegaran a buen puerto mis ansias
Como si hubiera donde hacerse fuerte
Como si hubiera por fin destino para mis pasos
Como si encontrara mi verdad primera
Como traerse al hoy cada mañana
Como un suspiro profundo y quedo
Como un dolor de muelas aliviado
Como lo imposible por fin hecho
Como si alguien de veras me quisiera
Como si, al fin, un buen poema me saliera...
 
Joaquín
A los poetas que me oigan les digo: escriban en el viento, no transen. No sean míseros escribas al servicio de la publicidad vergonzosa, libretistas de show, mercaderes de la estulticia mañana, tarde y noche. Dejen eso a la fanfarria. Apuesten el seso a las estrellas, aunque no los oiga nadie. ¿Quién oyó en su día a Hölderlin, a Baudelaire, a Vallejo? ¿A Celan, quién lo oyó? Sólo la marginalidad nos hace libres. Lo demás es estruendo. Premios, becas, renombre aquí y allá: polvo efímero. Da risa tanto divo en el corral.

Gonzalo Rojas - Poesía y poética N°19 , verano  del ´95

Guitarra negra - Introducción


Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra. Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía. Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas.
Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan. Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos. Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas...

Alfredo Zitarrosa

No voy a dejar que me quieras

Talla en madera de Patricia Alonso
Muestra Anual Centro Cultural "Manuel Ravallo"
Río Gallegos, noviembre 2013
No voy a dejar que me quieras.
En la entrada de tu guarida
hay cuerpos desparramados,
un imán con metales oxidados que dan frío.
Yo chapoteo en mi barro
troto sin rumbo por calles vacías
combato no sé bien qué pero combato.
Contra mi orgullo de bestia herida
te regalo la única flor en el jardín abandonado,
toda una identidad que se desploma
en el páramo de voces acechándome.
No voy a dejar que me quieras así
por lo que más quiero.
Y no me quiero y no me callo
y te prohíbo que me entiendas.

Javier Barreiro Cavestany - Animal sin manada

sábado, 25 de enero de 2014

Usher II - Fragmento

"Durante todo un día de otoño, triste, oscuro y  silencioso, cuando las nubes se cernían bajas y pesadas en el cielo, crucé solo, a caballo, una región singularmente lúgubre del país y, de pronto, al acercarse las sombras de la noche, me encontré delante de la melancólica Casa Usher." (La caída de la casa de Usher, Edgar Allan Poe)
Fotograma de La caída de la Casa Usher - 1928
Ambientemos la historia: Agosto de 1999, La Segunda Expedición aterriza en Marte. Agosto de 2001, los primeros colonos llegan de la Tierra. Abril de 2005, William Stendahl concluye al fin La Casa Usher.
 
¿El nombre de Usher no significa nada para usted?
- Nada.
- Bueno, ¿y este nombre: Edgar Allan Poe?
El señor Bigelow meneó la cabeza.
- Por supuesto - gruñó delicadamente el señor Stendahl, con desaliento y desprecio a la vez - ¿Cómo pude pensar que conoce al bendito señor Poe? Murió hace mucho tiempo, antes que Lincoln. Quemaron todos sus libros en la Gran Hoguera. Hace ya treinta años.
- Ah - dijo juiciosamente el señor Bigelow - Uno de aquellos.
- Sí, Bigelow, uno de aquellos. Allí ardieron Poe y Lovecraft y Hawthorne y Ambrose Bierce, y todos los cuentos de miedo, de fantasía y de horror y con ellos los cuentos del futuro. Implacablemente. Se dictó una ley, no era casi nada al principio. Mil novecientos cincuenta y mil novecientos sesenta. Primero censuraron las revistas de historietas, las novelas policiales y por supuesto las películas siempre en nombre de algo distinto: las pasiones políticas, los prejuicios religiosos, los intereses profesionales. Siempre había una minoría que tenía miedo de algo y una gran mayoría que tenía miedo de la oscuridad, miedo del futuro, miedo del presente, miedo de ellos mismos y de las sombras de ellos mismos.

...Y quemaron los castillos de papel y los sapos encantados y a los viejos reyes y a todos los que "fueron eternamente felices" pues estaba demostrado que nadie fue eternamente feliz, y el HABÍA UNA VEZ se convirtió en NO HAY MÁS...

Ray Bradbury - Crónicas marcianas, 1950

El complot entre Orión y vos

No prometo construir castillos, salvo que sean de arena.
No prometo seguir leyéndote ni de dos en dos en las tardes ni de vez en vez por las noches. Ni regalarte otras flores que las de O´Keeffe. Ni navegar este barquito, barquito de papel, por tu tan despeinado pelo. Ni cantarte canciones que tanto no te gustan. Ni aprender una noche de éstas y al llegar a casa y de una vez por todas donde (¿dónde?) está el cinturón del amigo Orión.
Que bebamos juntos el viento. Que bailemos hasta que el alma se entere. Que tensemos la cuerda y que vuele esta flecha loca. Que sigamos brindando siempre por nosotros.
 
Hay flores abiertas dentro de una estrella dentro de un globo dentro de una nube dentro de un cometa.

Río Gallegos - Enero 2014

Cumpleaños

Van Gogh
Autorretrato 1888
Yo lo noto: cómo me voy volviendo menos cierto, confuso, disolviéndome en el aire cotidiano, burdo jirón de mí, deshilachado y roto por los puños. 

Yo comprendo: he vivido un año más y eso es muy duro.

 


Van Gogh
Autorretrato 1889

¡Mover el corazón todos los días casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario morirse muchas veces mucho.

 
 
Ángel González

viernes, 24 de enero de 2014

El niño que enloqueció de amor

¿Habéis oído cantar un pájaro en la noche?
Suele ocurrir que un rayo de luna, un rayo levemente dorado, derramándose, derramándose por entre el misterio del follaje, alcanza la rama donde se acurruca el avecita dormida y la despierta. No es el alba, como imagina el ave. Pero... ella canta.

¿Cuál es el rayo venenoso que despierta algunas almas en la noche, les roba al amanecer y las ahoga en una existencia de tinieblas?
 
Eduardo Barrios
Polenta con pajaritos - El Tomi Müller
 "Hay un recuerdo pálido de Angélica
y un deseo tan hondo de llorar..."
(Daniel de la Vega - Elogios sentimentales que los poetas escribieron al niño que enloqueció de amor)

lunes, 20 de enero de 2014

Confieso que he vivido - Fragmento

Yo quiero vivir en un mundo sin excomulgados. No excomulgaré a nadie. Quiero vivir en un mundo en que los seres sean solamente humanos, sin más títulos que ése, sin darse en la cabeza con una regla , con una palabra, con una etiqueta. No quiero que nadie sea perseguido. Quiero que la gran mayoría , la única mayoría, todos, puedan hablar, leer, escuchar, florecer. No entendí nunca la lucha sino para que ésta termine. No entendí nunca el rigor, sino para que el rigor no exista. He tomado un camino porque creo que ese camino nos lleva a todos a esa amabilidad duradera. Lucho por esa bondad oblicua, extensa , inexhaustible. Me queda sin embargo una fe absoluta en el destino humano, una convicción cada vez más consciente de que nos acercamos a una gran ternura. Escribo conociendo que sobre nuestras cabezas, sobre todas las cabezas, existe el peligro de la bomba, de la catástrofe, pero esto no altera mi esperanza. En este minuto crítico, en este parpadeo de agonía, sabemos que entrará la luz definitiva por los ojos entreabiertos. Nos entenderemos todos. Progresaremos juntos. Y esta esperanza es irrevocable.

Pablo Neruda

Acabar con Todo

Muestra: Alteridad de Nicola Constantino
Complejo Cultural Santa Cruz
Arde furor oculto
ceniza que enloquece
arde invisible arde
como el mar impotente engendra nubes
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes arde
arde dentro del aire hueco
horno invisible y puro
arde como arde el tiempo
como camina el tiempo entre la muerte
con sus mismas pisadas y su aliento
arde como la soledad que te devora
arde en ti mismo ardor sin llama
soledad sin imagen sed sin labios.
Para acabar con todo
oh mundo seco
para acabar con todo.

Octavio Paz

En este mismo instante

Sin City de Frank Miller
En este mismo instante hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan sólo por amar la libertad. Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. ¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes como yo el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mí nos tienen atados.

José Agustín Goytisolo

domingo, 19 de enero de 2014

Si he de elegir

Ilustración de Romantically Apocalyptic - Vitaly Alexius

Si he de elegir
elijo el rostro ancestral de la memoria
la madrugada en el mar
el balbuceante beso adolescente
el barrilete que se va a otros cielos
elijo la palabra de mi historia
el gesto del reparto y la justicia
la voz que reclama hasta el silencio
el dios ateo
el canto de una niña.
Para que surja la nostalgia
como la vieja postal olvidada
en el libro que ya no leeremos.

Gabriel Alejo Jackobis Polack

Poema del tiempo que no pasa - Fragmento

París a través de la ventana
Marc Chagall - 1913

Que venga aquél que me odie y que me mate
le daré las gracias con toda mi sangre
dicen que a la hora de morir la memoria
pasa revista a la vida.
Apartad de mí esa prueba
apartad de mí esa prueba del tiempo al revés
¿qué le hice al cielo para tener que acordarme?
sólo quiero errar en habitaciones de tiempos condenados.
Abro las puertas sobre el silencio de nosotros
escucho el pasado huir de un jarrón rajado
y la flor marchitarse por carencia de agua
borrarse el perfume en su fango.
Sólo preciso estar en tus brazos
tus dobles brazos del olvido.
 
Louis Aragón

domingo, 12 de enero de 2014

Toda nuestra idiota sinfonía

"No distingue la memoria lo que vi de lo que fui."
Odas de Ricardo Reis - Fernando Pessoa
 
Buscamos un abrazo soñando con escapar muy lejos, fumando de los sueños, esos que nunca se cumplieron. Buscamos las estrellas pero esta ciudad no nos deja. Siempre terminamos caminando bajo la lluvia sin paraguas, pensando que nunca hombre o mujer alguna estuvo bajo esta lluvia. Al fin y al cabo tan sólo estas pocas gotas, en mi paso y en tu paso, lavan hasta nuestra propia tristeza. Pero eso lo supimos desde el principio. La herida es siempre en el costado.
Este animalito que soy, tan peligrosamente humano, apaleado de viejas y antiguas guerras, paladea por fin La Vida. ¡Cómo raspa mi lengua esa palabra! Rosa herida en la tarde, sangre nacida del verbo.
Y así, caminando en el aire y bajo la lluvia, con mi alma de perro, con todo por aprender y perseguido por las balas de mi miedo (y arañas y escorpiones y otros tantos), herido de muerte se inicia el prodigio que debió haber sucedido antes.
¿Cómo fue caer en este simple y maravilloso parpadeo? ¿Cómo fue encontrarte? ¿Cómo fue encontrarte del mismo modo en que se encuentra uno con su propia sombra? ¿Cómo encontré este aire de rayuelas, de mitos y poetas, esta sonrisa mía boba y permanente, esta música antes de ir a dormir?
Aquí te espero en mi piedra, donde antes sólo esperaba el invierno.
Vos lo dijiste mejor que yo: “Shhh, puede que el viento te oiga y quiera su parte.”

Río Gallegos - Enero 2014

lunes, 6 de enero de 2014

La vida furtiva


En la caverna de la soledad
Acrílico de Cecilia Valadez
Seguramente será como ahora. Estaré despierto, caminaré arriba y abajo por el pasillo. Como un minero que surge de un pozo, me subirá desde el silencio de toda la casa, brusco, el ronquido del ascensor. Me detendré a escuchar el abofetear de puertas de metal y los pasos en el rellano y adivinaré el instante en que empezará a temblar la angustia del timbre. Sabré quiénes son. Les abriré enseguida. Todo perdido. Que entren éstos, a quienes tendré que decirles todo.

Gabriel Ferrater

Fantasmas en el parque - Fragmentos

Flagelándonos con las ortigas de la culpa, rogamos que los muertos nos perdonen. ¿Para qué? Para sentir que fuimos perfectos, para corregir el pasado, para que el espejito nos diga siempre la mentira más zalamera. Porque nuestra propia crueldad es la que más nos atemoriza. Porque necesitamos desesperadamente que alguien nos extirpe remordimientos tardíos. ¿Y acaso uno perdona a los muertos?

Sé también por comentarios de antiguas brujas danesas que a los fantasmas no había que dirigirles la palabra, sino esperar que ellos hablaran primero. Y los capaces de dialogar debían ser gente culta, es decir, que hablaran en latín para comprobar si el aparecido era un auténtico muerto humano y no una apariencia demoníaca. Se sabe que los demonios huyen despavoridos del latinazo eclesiástico. Eso era antes. Ahora, uno entra en ciertas empresas y lo recibe un fantasma: señor o señorita sonriente, de uniforme vistoso, es inútil dirigirles la palabra porque son virtuales, puro invento electrónico cuya voz melosa procede de un infierno digital que no admite diálogo sino obediencia.

Lejanías

Sandra Astuena - Proyecto Formato Negro
Fundacruz, Río Gallegos 2013
La mecánica del alma no
significa estar adentro.
Caminar, respirar, ver,
escuchar, los demás,
no significa estar afuera.
El dentroafuera es un temblor tardío
y está ahí:
en una lejanía que mece con palabras
que vencieron al fuego.

Juan Gelman - Mundar

domingo, 5 de enero de 2014

Ya que estamos

De la exposición Alteridad de Nicola Constantino
Complejo Cultural Santa Cruz 2013
Aquello que hay en mí que no soy yo y que busco. Aquello que hay en mí y que a veces pienso que también soy yo y no encuentro. Aquello que aparece porque sí brilla un instante y luego se va por años y años. Aquello que yo también olvido. Aquello próximo al amor que no es exactamente amor, que podría confundirse con la libertad con la verdad con la absoluta identidad del ser y que no puede sin embargo ser contenido en palabras pensado en conceptos no puede ser siquiera recordado como es. Es lo que es y no es mío y a veces está en mí muy pocas veces y cuando está se acuerda de sí mismo lo recuerdo y lo pienso y lo conozco. Es inútil buscarlo; cuanto más se le busca más remoto parece más se esconde. Es preciso olvidarlo por completo, llegar casi al suicidio porque sin ello la vida no vale, porque los que no conocieron aquello creen que la vida no vale, por eso el mundo rechina cuando gira. Este es mi mal, y mi razón de ser.

Mario Levrero - El discurso vacío

sábado, 4 de enero de 2014

Identidad

Fotografía del Archivo Histórico
Provincial de Santa Cruz
Y si se van tus sueños
y olvidan la palabra de los abuelos tus labios
¿a dónde quedan los hijos de la tierra?
¿a quién enseñamos el silencio de nuestros bosques?
Donde sólo florecen nuestros ecos
donde sólo cantan las aves
que conocemos desde tanto tiempo
podemos ir lejos de nuestros montes
ir lejos de nuestras vertientes
para volver, hermano, para volver.
Porque aquí está nuestra tierra
porque aquí está nuestra gente
un espacio del kultrún
donde hoy caminamos mirando las araucarias
donde hoy sonríen nuestros ojos.

María Isabel Lara Millapán - 20 poetas mapuches contemporáneos

Labios libres

Al cabo de las tierras y los días de horarios y partidas y llegadas y aeropuertos comidos por la niebla enfermo de países y kilómetros y rápidos hoteles compartidos. Luego de esperas prisas y rostros y paisajes diferentes y seres encandilados por el olvido o abiertamente besados por la vida. Después de aquella amada y esa otra apenas entrevista mujeres atrapadas por mi soledad y ahogadas por las bellas catástrofes. Luego de la violencia y el deseo de comenzarlo todo nuevamente y los errores y los malentendidos cotidianos y los hábitos torrenciales del trópico y noches acariciadas por el alcohol y tabaco fumado con tanta incertidumbre. Al cabo de un nombre que no me atrevo a decir y de alguien que yo llamaba Irene de cierta voz cierta manera de clavar los ojos. Al cabo de mi fé en el  entendimiento de los hombres y en el corazón de ciudades y pueblos que nunca sabrán de mí. Luego de tanta tentativa de huirme o enfrentarme y comprender que estoy solo pero no estoy solo. Al cabo de amores corroídos y límites violados y de la certidumbre de que toda la vida no es más que los escombros de otra que debió haber sido. Al cabo del hachazo irreparable del tiempo sólo puedo blandir estas palabras esta obstinación de años y distancias que se llama poesía.

Mario Trejo