Para llegar donde estás me detengo,
soy tan libre que no preciso
ni tan siquiera la vida,
estoy tan encadenado
que al perderte me he perdido,
y como no puedes volver
me marcho para no volver.
PD: Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo.
José Ramón Marcos Sánchez.
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