Miré unas espantosas máscaras del Perú y me puse a pensar. Estaban hechas para asustar al enemigo. En nosotros, en algunos de nosotros, la máscara que llevamos como defensa también es fea. Yo he visto cambios en los rostros de algunos amigos. La boca se vuelve más delgada, los surcos de la ansiedad más profundos, los ojos más velados, la sonrisa forzada. Unos adquieren una severidad que no poseían, otros altanería, otros arrogancia. Me entristece. Me pregunto cómo podemos crecer sin estas máscaras.
Anaïs Nin
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