Es un juego ¿Qué otra cosa debía ser? No es más que un juego nuestro quehacer terreno, aunque les pareciera grandioso y profundo. Con escuadras de feroces mercenarios juega el uno, el otro con supersticiones falsas. Alguno juega con los soles, con las estrellas. Yo juego con las almas. Un sentido lo encontrará solamente quien lo busca. El uno dentro del otro recorren sueño y vigilia, realidad y ficción. En ningún lugar hay certeza. Nada sabemos de los demás, nada de nosotros; jugamos siempre.
Arthur Schnitzler
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