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domingo, 25 de agosto de 2013
La Salvaje Esperanza
Fundieron nuestros dioses en monedas de oro
nuestros templos los convirtieron en banco
nuestros palacios en burdeles del poder tirano.
Monstruosa iniquidad
Los blancos dominadores forjaron las cadenas
silenciaron nuestros cantos cósmicos
y condenaron al fuego del olvido la deidad
que custodiaba el destino
y guiaba nuestros pasos por el astro
En su avasallamiento salvaje nos secaron
las fuentes de la tradición y la trascendencia,
Y nos forzaron a sangre y fuego a la deserción de nuestro ser.
Mutilaron nuestros sueños.
Cuando aullamos de sed se nos dio de beber
en los cántaros secos del código penal y el evangelio romano
el saqueo de los vándalos del alma
la feroz Inquisición, teología de bárbaros
Éramos reyes y nos volvieron esclavos
Éramos hijos del sol y nos consolaron con medallas de lata
Éramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras
Éramos felices y nos civilizaron
¿Quién refrescará la memoria de la tribu?
¿Quién revivirá nuestros dioses?
Que la salvaje esperanza siempre sea tuya,
querida alma inamansable.
Gonzalo Arango (Arte: Machaco Runa del peruano Pablo César Amaringo Shuña)
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