Elena disfrutó en plenitud lu vida de su existencia haciendo lo que más le gustaba; pintando. Pero como todo en la vida tiene un fin, y los designios del destino están escritos. Elena fue diagnosticada con una enfermedad terminal y el tiempo de su muerte era evidente. A pesar de su enfermedad, conservaba la lucidez y reconoció el rostro del hombre extraño cuando entró en la habitación del hospital. Su aspecto era el mismo, como siempre, como lo había recordado siempre, desde su infancia y se conservaba como el primer día cuando la vio llegar al mundo. El hombre se acerco hasta su cama y le dijo.
-Elena, ha llegado tu hora.- No tengas miedo, dame tu mano. Soy la muerte y estoy aquí para llevarte conmigo. Todo este tiempo he estado a tu lado, aun en tus sueños nunca me he separado de ti.
¿Acaso no sabias que desde el día de su nacimiento todos los seres humanos sobre la faz de la tierra llevan la muerte a cuestas sobre sus espaldas? Yo tenía escrito en mi libro la tuya, desde el día en que naciste.
Elena permaneció en silencio.
Sonrió, lo cogió de la mano y cerró los ojos.
Hora de la muerte: 23:40 PM.
Dalia Vazquez - (Arte: Morfeo de Neil Gaiman)
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