Un poeta es un romántico vestido de traje lila y tulipán azul.
Un poeta puede hundirse junto con todas sus palabras. Pero elije, asaltar el cielo. La belleza para él, es construir peldaños de plata en camino hacia la luna.
Por qué un poeta, no se contenta con hacer malabarismo de palabras, por que la vida se la va, en cada verso.
Un poeta tiene salvoconducto para romper con todas las fronteras.
Un poeta encuentra la serenidad con viento intenso, paisaje lunar, salvaje, y volcanes antiguos, contemplando largamente las olas del mar.
Un poeta tiene que soportar la crisis, como todos, pero a su vez cargar con todas las demás crisis internas de sus yos o en el mejor de los casos, con los heterónimos infernales de Fernando Pessoa.
Un poeta es cualquier hombre, pero no cualquier hombre es un poeta. Hace falta tener un don y un corazón enorme para soportar a veces, el dolor profundo del misterio.
Un poeta se refugia en su cuarto y le dan ataques de pánico de contemplar tanta gente de golpe, pero, no es por qué los odie, simplemente, donde otros ven muchedumbres, el ve una enorme procesión de silencios.
Un poeta se devasta cuando ama, pero no puede evitarlo, es como el murciélago que ansia tocar la luz, a pesar de hacerlo quedar ciego.
Un poeta es un mendigo de metáforas.
Un poeta puede ser un borracho, pero no cualquier borracho puede ser un poeta.
Un poeta labra su corazón bajo mármol y ónix negro.
Un poeta es un poeta, cuando todos los hombres se convierten en el hombre que transpira en un poema.
Un poeta traspira en cada libro su primer aliento, no es solo un texto, sino su carne viva en llaga.
Un poeta contra el estruendo y el dolor, inventa la palabra.
Un poeta es un imbecil, que solo dice frases bonitas y empalagosas, me dice una vieja y en algunos recitales, mentalmente le doy la razón.
Un poeta nunca tiene la razón. Solo es un hombre que acierta con un golpe seco en tu garganta.
Un poeta, no es solo el que escribe poemas, todo es poesía, es verdad, pero solo un gillipollas lleva con orgullo el nombre de poeta y no tener, para pagarse el boleto del metro.
Un poeta lo puede soportar todo, decía Bolaño, pero a veces el todo es algo demasiado denso y vasto que aniquila la nada, el calor insoportable del verano, la ventana que da aleatoriamente a la plaza, el sonido intermitente del ventilador, las ganas de escribir sobre el moleskine negro, los cigarrillos sobre la mesa, los sueños de convertirse en un gran poeta, la crisis que hace parecer como reptiles bajo la sombra a la gente.
Un poeta come, bebe, sufre y a veces puede hundirse en lo más hondo de la tierra, pero cuando halla el sosiego atraviesa la llama.
Un poeta querido amigo, puede ser un hombre cualquiera, pero no cualquier hombre puede ser un poeta.
Leo Zelada Grajeda
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