Dejadme solo, aquí espero,
mi propio rastro retornará encendido,
quizás allí volveré a ser yo mismo,
iluminando los besos diluidos en el olvido,
los astros apagados en el recuerdo,
los pájaros agotados en su vuelo.
Dejadme solo, completamente solo,
frente al espejo delator de mi susurro.
La soledad escudriña el fondo,
siempre llega a remover la tierra muda,
siempre hinca con su cuchillo el alma,
entonces uno mira su extensión,
ve lo que sus ojos vieron de soslayo,
siente lo que su cuerpo negó al futuro,
canta humillado en alguna esquina,
se reconforta, retoña como un árbol,
mira con más entusiasmo los caminos,
para que la pudrición no contamine los sentidos.
Javier Villegas - Desciframiento del tiempo
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