Cómo voy a saberlo yo, puede haber sido obra de algún desesperado de la fe cuando comprendió que iba a quedarse ciego como los otros. Tal vez haya pensado que, dado que los ciegos no podrían ver las imágenes, tampoco las imágenes tendrían que ver a los ciegos. Las imágenes no ven, equivocación tuya. Las imágenes ven con los ojos que las ven, sólo ahora la ceguera es para todos. Tú sigues viendo. Yo iré viendo menos cada vez y aunque no pierda la vista me volveré más ciego cada día porque no tendré quien me vea.
José Saramago
No hay comentarios:
Publicar un comentario