¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que
siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío,
saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso. Correr por el borde
del precipicio: a un lado el abismo sin fondo y al otro lado las caras que uno
quiere, las sonrientes caras que uno quiere, y los libros, y los amigos, y la
comida. Y aceptar esa evidencia aunque a veces nos pese más que la losa que
cubre los restos de todos los escritores muertos. La literatura como diría una
folklórica andaluza, es un peligro.
Roberto Bolaño
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