El sillón se siente más mullido
la luz en la ventana
tiene un toque más sagrado
con sus mil partículas de polvo en movimiento
la tarde se hace pesada, perezosa
quizá como un gato enroscado en la ventana.
A veces es mejor quedarse
a ver el mundo desde adentro
regocijarse en inventar
encuentros imposibles.
Invitar a la araña escondida
detrás de la cornisa
a tejer su tela en la puerta
para no dejar entrar a nadie
Marta Sepúlveda
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