Preguntad a los niños y los pájaros cómo saben las cerezas. (Proverbio alemán)
Los niños encuentran siempre el mundo nuevo y jugoso. Para los viejos como yo se cae a pedazos de puro seco. ¿Quién tiene razón? Ellos; sin duda ellos. Todo pierde su valor con el tiempo, pero no es culpa de los manjares, sino de la boca y la lengua.
Adiós dulce infancia. Adiós adolescencia soñadora. Allá abajo me esperan la casa de huéspedes sórdida, la indiferencia desdeñosa, la hostilidad irracional, el placer sin alegría, el pecado, el remordimiento...
Ya la diligencia traspone la cima de la montaña; ya corre por las llanuras dilatadas de Castilla.
¡Adiós! ¡Adiós! Adán salió del Paraíso.
Armando Palacio Valdés
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