36 Caretas - Instalación de Karina Velázquez Museo de Arte Eduardo Minicelli - Río Gallegos |
La soledad es cosa mía, resplandece en todo lo que amo. No hay más verdad que la acrobacia del quedarse a solas, algún gemido en una bolsa de papel o el discurrir de la sangre que no sabe a dónde va. Me había hecho la promesa de no volver a mi cancioncita triste de saciar la hora con un grano de anís, con una nube niña durmiendo en la palma de mi mano. Ahora vuelvo a casa como un criminal. Alguien me lapida implacablemente desde la sombra. (...) Si tú supieras cómo me aterra la limpidez del aire, el insomnio, ese tren que nunca llega al mar. A veces me devora la rabia y me largo a las calles, husmeo en los basureros, en los parques. De las carnicerías obtengo espléndidos trozos. Mis compañeros de trabajo me oyen hablar a solas como un tonto y en toda estas noches remastico las cucarachas de la soledad.
Guillermo Fernández
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