Seguidores

Nos mudamos de espacio. Enlace permanente a nuestro espacio menor.

lunes, 19 de diciembre de 2011

A estas horas aquí

Habría que bailar ese danzón
que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.

No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz,
trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.

Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsillos, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es oscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.

Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato,
o le diría un cuento que no dijera nada,

pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme.

Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga

el techo de mi casa un rato.
La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas
como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.

Qué bueno si se quedara mi cuarto
toda la noche solo, hecho un tonto, mirando.

Jaime Sabines.

Carta del suicida

 
Juro que esta mujer me ha partido los sesos.
Por que ella sale y entra como una bala loca.
Y abre mis parietales y nunca cicatriza,
así sople el verano o el invierno
así viva feliz sentado sobre el triunfo
y el estomago lleno, como un cóndor saciado,
así padezca el látigo del hambre,
así me acueste o me levante
y me hunda de cabeza en el día
como una piedra bajo la corriente cambiante.
Así toque mi citara para engañarme,
así se abra una puerta y entren diez mujeres desnudas,
arcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen
unas sobre otras hasta consumirse.
Juro que ella perdura porque ella
sale y entra como una bala loca,
Me sigue a donde voy y me sirve de hada...
 
Gonzalo Rojas.

Es tan poco

Lo que conoces
es tan poco

lo que conoces de mí
lo que conoces son mis nubes
son mis silencios

son mis gestos
lo que conoces de mí
lo que conoces es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos

de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.

Pero no sabes nada
a lo sumo piensas a veces
que es tan poco

lo que conozco
lo que conozco de ti
lo que conozco

o sea tus nubes
o tus silencios o tus gestos
lo que conozco es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
Pero no llamas.
Pero no llamo.

Benedetti.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Nocturno

Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. ¿A qué nos hace recordar el aullido de los gatos en celo y cuál será la intención de los papeles que se arrastran en los patios vacíos? Hora en que los muebles viejos aprovechan para sacarse las mentiras y en que las cañerías tienen gritos estrangulados, como si se asfixiaran dentro de las paredes. A veces se piensa, al dar vuelta la llave de la electricidad, en el espanto que sentirán las sombras, y quisiéramos avisarles para que tuvieran tiempo de acurrucarse en los rincones. Y a veces las cruces de los postes telefónicos, sobre las azoteas, tienen algo de siniestro y uno quisiera rozarse a las paredes, como un gato o como un ladrón. Noches en las que desearíamos que nos pasaran la mano por el lomo y en las que súbitamente se comprende que no hay ternura comparable a la de acariciar algo que duerme.

Oliverio Girondo

Al oído de una muchacha


No quise.
No quise decirte nada.
Vi en
tus ojos dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.

Anónimo

Cada amanecer perseguía a su sombra. Corría tras ella con la intención de alcanzarla, de darle una mordida en la yugular y acabar de una vez con ella. No podía soportar más que le fuera infiel cada noche cuando la luz dormía, y él sentía cómo a hurtadillas lo abandonaba. Era su única compañía.

Fue la última mañana cuando decidió esperarla junto a la ventana y, con los primeros rayos del sol, saltar al vacío, arrastrando así a su sombra junto a él y al amor hacia el mundo de los sueños perdidos.

Los justos.

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur
juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre, que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar el mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.


Jorge Luis Borges - Obras Completas.

Mi vida en un momento robado - Fragmento


¿Y esas caras que no volvemos a encontrar?
¿Y las curvas y las esquinas y los atajos
que se perdieron de vista y quedaron atrás?
¿Y los discos que sólo oíste una vez?

Abre los ojos y los oídos y quedarás influenciado
y no hay nada que puedas hacer.
Hibbing es una buena ciudad.
Huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años,
fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una.


Bob Dylan.

Anónimo I

Llegará un momento en que mirarás tu vida, la habrás visto pasar y te preguntarás dónde estuviste todo ese tiempo.
 El tiempo es ahora. Es aquello que tenemos. Y es tuyo, es mío, es nuestro. No te vayas, yo no me iré. Y el tiempo tampoco se irá. Y, si te vas, acuérdate del camino de vuelta. Y vuelve. Pero no tardes mucho. El tiempo nunca sabe cómo volver.

Distinta pero la misma.

Siento latir su corazón en el viento que corta la noche. Veo su cara en las nubes que cortan la noche. Entre un recuerdo y otro flota como siempre la figura, el nombre de una mujer, como un temblor que comienza en el corazón y termina muy atrás en la nuca.
Distinta pero la misma, aquella que fuera mi estrella.
Entre valijas vacías, despertares y olvidos fueron nuestros encuentros y desencuentros, plenos de excusas sombrías y siempre nocturnas.
Hubo señales inequívocas y no hubo equivocación. A vos te dolía la garganta de tanto y tanto aguantarte esas lágrimas y entonces de alguna parte venía un gorrión que te hacía un gesto así, con la cabeza. Y es ahí que dejabas que amargo llanto lavara por fin el dolor de tantos años.
"Llevate la noche", me decías. "Llevate la noche que ya no la quiero si vos no venís". Pero la noche es esta ciudad que habito.
Me robaste la luz de la luna entre silenciosa y silenciada. A golpes de naufragios y apretando el gatillo de la soledad. Bailan tus sueños. Bailan en esas noches sin luna y tu cuerpo sirve el banquete y tus ojos me dicen (siempre me dicen) que el amor es una mierda.
De ciertos infiernos nacen las tormentas de este negro corazón, y a salvo sobre la balsa de tu cuerpo quiero una luna de fuego, quiero el frío de las estrellas, yo que acostumbro como siempre amar imposibles. Ya vas a ver (con la traición del día) que de alguna parte aparezca un gorrión que te haga un gesto así, con la cabeza y vas a sentir que la vereda te hace costillas en los pies.
Y yo en mi rincón donde siempre es de noche, blanco de frío y negro de intenciones. Por si tu piel se aparece en el viento sigo prisionero, esclavo de tanta bella poesía.

P.D.: Aunque sepa que no volverá, no significa que voy a dejar de esperarla. Siempre.

Río Gallegos - Diciembre de 2011.

Si todavía rondaras por aquí



Si todavía rondaras por aquí
Te sacudiría por las rodillas
Te soplaría aire caliente en ambas orejas.

Tú, que podías escribir como una pantera
Todo lo que se te metiera en las venas
Qué clase de verde sangre
Te arrastró a tu destino

Si todavía rondaras por aquí
Te desgarraría hasta meterme en tu miedo
Te lo arrancaría para que colgara
Como un pellejo, como jirones de miedo

Te daría la vuelta
Te pondría de cara al viento
Doblaría tu espalda sobre mi rodilla
Masticaría tu nuca
Hasta que abrieras la boca a esta vida.
                                        
Sam Shepard.

El insomnio es una cadena.




El insomnio es una cadena
El insomnio es un lazo
El insomnio es un círculo vicioso

Ahora mismo
Dentro de mi cabeza
Dentro de los huesos...

No puedo respirar sin ti
Pero este círculo de costillas
Sigue funcionando por su cuenta

Sam Shepard

21 Gramos



Cuántas vidas vivímos? ¿cuántas veces morimos? Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte, todos. ¿Cuánto cabe en 21 gramos? ¿cuánto se pierde cuándo perdemos 21 gramos? ¿cuánto se va con ellos? ¿cuánto se gana? ¿cuánto... se gana?.
21 gramos. El peso de 5 monedas de 5 centavos, el peso de un colibrí, de un chocolate. ¿Cuánto pesan 21 gramos?



lunes, 12 de diciembre de 2011

No te rindas

No te rindas,
aún estás a tiempo
de alcanzar

y comenzar de nuevo
Aceptar tus sombras
Enterrar tus miedos
Liberar el lastre
Retomar el vuelo
No te rindas

que la vida es eso
Continuar el viaje
Perseguir tus sueños

destrabar el tiempo
Correr los escombros y destapar el cielo
No te rindas,
por favor no cedas
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda
Aunque el sol se esconda y se calle el viento
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños
Porque la vida es tuya
y tuyo también el deseo
Porque lo has querido
y porque te quiero
Porque existe el vino
y el amor, es cierto
Porque no hay heridas
que no cure el tiempo
Abrir las puertas quitar los cerrojos
Abandonar las murallas
que te protegieron
Vivir la vida
y aceptar el reto
Recuperar la risa, ensayar un canto
Bajar la guardia
y extender las manos
Desplegar las alas e intentar de nuevo
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas,
por favor no cedas,
Aunque el frío queme
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo
Porque esta es la hora y el mejor momento
Porque no estás solo, porque yo te quiero

Mario Benedetti

viernes, 9 de diciembre de 2011

Se busca una mujer - Fragmento


Como cualquiera podrá decirles, no soy un hombre muy agradable. No conozco esa palabra. Yo siempre he admirado al villano, al fuera de la ley, al hijo de perra. No aguanto al típico chico bien afeitado, con su corbata y un buen trabajo. Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes rotos y mentes rotas y destinos rotos. Me interesan. Están llenos de sorpresas y explosiones. También me gustan las mujeres viles, las perras borrachas, con las medias caídas y arrugadas y las caras pringosas de maquillaje barato. Me interesan más los pervertidos que los santos. Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado. No me gustan las leyes, ni morales, religiones o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad.

Bukowsky.

Jacobo Fijman o un místico en el Borda.

"Todas las palabras son esenciales. Lo difícil es dar con ellas".




Ha entrado la noche,
la noche de los días con sus noches,
las tierras frías y los bosques muertos.

Ha entrado la noche

de la carne y de los sentidos,
la noche de las tierras caídas

y los cielos muertos.

Ha entrado la noche

y yo rezo en tu canto,
tu canto en la oración

en la noche de los sentidos.


J. Fijman. - Estrella de la mañana (Poema XVI)

jueves, 8 de diciembre de 2011

El destino según Jodorowsky


Tu destino mismo es las estrellas
No hagas un nido en la cama
Decide quebrar las anclas
Desaloja la escalera
Abre el ojo que no sueña
Pierde la carne y las venas
Deja desnuda a tu alma
Haz de tu nombre una hoguera
Y dile a tu cojo "anda"
Y dile a tu avaro "ama"
¡Corónate con una cresta!

Alejandro Jodorowsky.

lunes, 5 de diciembre de 2011