cuya alma ya ha sido arrojada al infierno.
Su dorada juventud hace tiempo que pasó,
su plateada madurez se fue igual de rápido.
Vano fue su carácter para describirlo,
los diferentes destinos que afrontó,
o el año en que murió o si resucitará tal vez.
Solo sabemos que aquí yace.
Henry David Thoreau
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