La esperanza tan dulce tan pulida tan triste,
la promesa tan leve no me sirve.
No me sirve tan mansa la esperanza,
la rabia tan sumisa tan débil tan humilde.
El furor tan prudente no me sirve,
no me sirve tan sabia tanta rabia,
el grito tan exacto si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro, no me sirve.
No me sirve tan bueno tanto trueno
el coraje tan dócil, la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta, no me sirve.
No me sirve tan fría la osadía,
sí me sirve la vida que es vida hasta morirse
el corazón alerta sí me sirve,
me sirve cuando avanza la confianza
me sirve tu mirada que es generosa y firme
y tu silencio franco sí me sirve.
Me sirve la medida de tu vida
me sirve tu futuro que es un presente libre
y tu lucha de siempre sí me sirve.
Me sirve tu batalla sin medalla
me sirve la modestia de tu orgullo posible
y tu mano segura sí me sirve.
Me sirve tu sendero compañero.
Mario Benedetti.
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