Pintaron de gris el cielo
y el suelo se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño.
La tarde que se adormece,
parece un niño que el viento mece
con su balada en otoño.
Se va la tarde y me deja la queja,
que mañana será vieja
de una balada en otoño.
Llueve, detrás de los cristales
llueve y llueve.
J. M. Serrat
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