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lunes, 28 de noviembre de 2011

Retrato de una ciudad

Escultura del poeta en las playas de Copacabana, instalada en 2003, año del centenario de su nacimiento)
"En el mar estaba escrita una ciudad"
 
Tiene nombre de río esta ciudad donde juegan los ríos que se esconden.
Aquí amanece como en cualquier parte del mundo, pero vibra el sentimiento de que las cosas se amaron durante la noche.
Anochece en Río. La noche es luz que sueña.
 
Carlos Drummond de Andrade

Rojas y la Poesía


No tengo otro negocio que estar aquí, diciendo la verdad en mitad de la calle y hacia todos los vientos.
¿Qué se espera de la Poesía sino que haga más vivo el vivir?

Gonzalo Rojas.

Borges o el destino de escribir


No puedo no escribir, sin ese peculiar sentimiento de desventura que enganchan la cobardía y la deslealtad. Me creo mejor razonador, mejor inventor, que otros escritores; sé que casi todos escriben mejor que yo, que a casi todos los asiste una espontánea y casi negligente facilidad que me está vedada y que no lograré ni por la meditación ni por el trabajo ni por la indiferencia ni por el magnífico azar. Escribo, sin embargo, porque para mí no hay otro destino.

Borges.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Las ciudades sin ti


Las ciudades sin ti no las recuerdo
son las flores cerradas del mundo.
Las ciudades sin ti no tienen nombre
las ciudades sin ti no las recuerdo.
La noche solitaria que parece
tan sólo una tiniebla vagabunda,
la noche en que no estás tiembla mi noche
si el vacío me mira con tus ojos.
Vale más el vacío que la vida
si me mira el vacío con tus ojos.
La noche en soledad corrompe sueños.
La noche en que no estás tiembla mi noche

Felipe Benítez Reyes.

martes, 22 de noviembre de 2011

Arte poética - Fragmento


Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río

y que los rostros pasan como el agua.


Borges.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Objetos perdidos


Donde están tu nombre,
tu calle y tu desvelo,
si la cifra se mezcla

con las letras del sueño,
si solamente estás

donde ya no te busco.

Julito.

Marzo - Fragmento

En la boca reseca el gusto
de la sal de todos los mares.
La sal que dejaron
las olas
de los días al derrumbarse.
 
José Hierro.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Confesión

 
No amé bastante, ni siquiera a mí mismo,
tan próximo. No amé a nadie.
Salvo a aquél pájaro -iba azul y loco-
que se desintegró en el ala del avión.
 
Carlos Drummond de Andrade.

Poema 1968


 
En un jardín de Nueva Delhi
las flores y las hojas ordenan el espacio
en un liviano acuario de colmenas
donde tiembla el color.

Vienen las siete hermanas a comer las migajas
entre ardillas sedosas y franjas de perfumes,
aquí donde vivir tiene algo
de armisticio o interregno,
un arte de palabras para llegar
a la extinción de la palabra
y saber que no hay arte sino sueño.

Me inclino para echar otra migaja a los gorriones
(hablábamos del tiempo, de presagios y espejos)
y viene ya el café, la pipa de la sobremesa.
Perfecto es el instante en esta sombra verde
y todo, en lo más hondo, huele a muerte.

Julito.

(Dedicado a cierta ardilla que yo me sé)

Pelota de Trapo.

"La pasta base de cocaína o PACO, no es una droga. Es peor que eso: es el desecho de una droga. Es un tiro al blanco en la nuca de los niños. Surge como residuo de las cocinas o laboratorios en los que se elabora la cocaína, emerge como un resultado de una industria que busca la forma de introducir en el mercado hasta sus desechos, que se mete en el cuerpo y en el alma de los pibes y los destroza en barrios descartables, donde los pájaros se pudren en la mitad del vuelo."
"Los niños vencidos son como poemas que huyen del sitio señalado por la plaga, mientras sus madres se arrodillan derrotadas."


Enlace hacia la página:

                    Pelota de Trapo

Costumbre perra


Esta manera de quemarme el alma,
este morirme sin haber sangrado,
esta costumbre perra de quererte,
este quedarme en tu costado.


Delfina Costa.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Viernes

Los chicos del viernes hablan de mujeres en voz alta, pero no tienes que creer todo lo que dicen. Todas las chicas tienen el corazón roto. Las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche.
Los bares ya no dan dos por una y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro. Los camareros han enterrado sus sonrisas porque es viernes por la noche y la gente toma todo lo que brilla. Con o sin permiso. Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes porque saben que hay más tíos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras, y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias.
Los tipos con coche juegan con los dados trucados y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas. Las madres no duermen por la noche porque saben que duele pero también que no hay nada mejor y no acaban de decidir qué es más peligroso.
No hay nadie que no dispare los viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.
Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, lo único que te pido es que no te lo creas todo. No te fíes de los anillos de oro, ni de las carrozas de plata.
Todos mentimos bien los viernes por la noche.
Ray Loriga.

domingo, 13 de noviembre de 2011

(de) Tu ausencia.


Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces, por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.
Mario Benedetti.

Madre Locura

Sé que la vida es dura, y sé que los placeres son libélulas vanas, son bostezos, son tedio...

Y por esto, Locura, yo anhelo tu remedio que disipa tristezas, borra melancolías y puebla los espíritus de olvido y alegrías.

Arturo Borja.

Ausencia

¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol
terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?


Tu ausencia me rodea
como la cuerda
a la garganta, el mar al que se hunde.

Borges, Borges, Borges.

Ella.


Ella estaba lejos de todo. Todo estaba al lado suyo.

Álvaro Cunqueiro.

El último instante


No digo que no rompas el orden del ocaso, que no arranques la luna de su sitio y la enfrentes al sol hasta que se rinda. No digo que no enciendas la noche y vigiles su silencio; lo único que pido es que dejes para mí el último instante.

Luis Miguel León Blanco.

Por amor al Che.

No voy a mentirte, mi pequeña, dice. Mi sino es deambular por las carreteras y los canales del mundo por siempre jamás, siempre curioso, investigándolo todo, metiendo las narices hasta en el último rincón, pero manteniendo las distancias, sin echar raíces en ningún sitio, sin quedarme lo suficiente para descubrir qué hay debajo. 

Ana Menéndez.

El poder de la pluma

No se puede leer de verdad un libro sin estar solo. Pero precisamente por esa soledad uno se relaciona de una manera más íntima con personas con las que quizá uno no se hubiera encontrado jamás, bien porque están muertas desde hace siglos o porque hablan idiomas que no entiendes. Y sin embargo se han convertido en tus más intimos amigos, en tus más sabios consejeros, en los magos que te hipnotizan, las amantes con las que siempre has soñado.


Antonio Muñoz Molina.

Credo.

Creo en los insomnes, los verdaderos dueños de la noche.
Creo en las noches sin luna y sin espejos.
Creo en los demonios detrás de las paredes.
Creo en el llanto de todos nuestros muertos.
Creo en el dolor que los rescata del olvido.
Creo en la vida, LA VIDA, que lava la sangre de todas las calles.
Creo en las palabras que perfuman el silencio.
Creo en mi otro yo, a pesar de todo.
Creo en la huella de mis pies arando la luz del amanecer.
Creo en la voz de mis delirios.
Creo en todos mis pretextos.
Creo en la mentira más absoluta.
Creo en mi propia hambre de nombres, de rostros, de labios y de cuerpos.

Creo en un beso que llegue profundo ahí donde tenía el corazón.
Creo en este buscarnos entre la neblina.
Creo en este suicidarnos cada mañana.
Creo en los ecos perdidos de tus sueños.
Creo en los desiertos espacios de tu sombra.
Creo en las cadenas que me atan a tu piel.
Creo en tu sonrisa como bandera.

Creo en el secreto que guardan tus caricias.
Creo en la ceniza que dejan tus manos.


Río Gallegos - Noviembre de 2011.

martes, 8 de noviembre de 2011

Sobre los libros


Los libros son espejos: solo se ve en ellos lo que uno ya lleva adentro.


Carlos Ruiz Zafón.

Alguien - Fragmento



Quizá en la muerte
para siempre seremos,
cuando el polvo sea polvo,
esa indescifrable raíz
de la cual para siempre crecerá,
ecuánime o atroz,
nuestro solitario cielo o infierno.


Borges.

Bukowski y la soledad

Hay cosas peores que estar solo, pero a menudo toma décadas darse cuenta de ello y más a menudo, cuando esto ocurre, es demasiado tarde y no hay nada peor que un demasiado tarde.


Bukowski.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Estrellas


Se terminó el juego y tú te fuiste.
Yo seguí buscando en las galaxias,
entre todas las estrellas, nuestra estrella.

Al fin, no fuiste
más que estrella fugaz de aquella noche
y dejaste el cielo oscuro con tu ausencia.


Octavio Fernández Zotes